Verum llegó al reino del purgatorio transformado en el monstruo que tiempo atrás se consideraba a si mismo, su ira arrasa con todo a su paso y el clima y ambiente de la dimensión cambia según su estado de su ánimo, todo el purgatorio se sostiene de su juicio y poder, un reflejo de su carácter, el cielo se parte en truenos y grietas de rayos, las ventiscas grujen y la tierra tiembla.
Entra al castillo a atiendo la puerta y todos los criados corren afuera para escapar de su presencia, ya es peligroso verlo sin máscara como para hacer contacto visual con su verdadera apariencia y arriesgar sus existencias, algunos corrieron gritando, al parecer sus ojos se queman en cuanto el contacto visual se realiza. Los muros del castillo se deprimen y se agrietan, se tiñen de negro.
Lucerno se queda quieto en el medio del salón de espera, se mantiene firme y ecuánime antes la situación y comportamiento de su amo, nunca antes habia visto este comportamiento por parte de su amo, el sabía que enamorarse involucraria una debilidad perjudicial.
Verum rege palabras articuladas, de que se llevaron a Megan, de que se siente impotente, o se pregunta así mismo lo que debería de hacer, pero Lucerno no alimenta al fuego y no menciona ni una sola palabra, cruza los brazos por detrás de la espalda y levanta la barbilla con el pecho ergido. El castillo se viene abajo en un derrumbe que simbolisa su psiquis, en alguna parte Perfectum observa como el palacio se derrumba y sabe en su interior la causa, Forte en la dimensión terrenal con los mundanos también puede sentir la ira del piadoso emperador. Los cielos escuchan su ira y lo ignoran como casi cualquier acontecimientos que no involucre sus nubes.
Verum trata de combinar a Curiosus con su llamado, desde que se rompió su bloqueo puede asistir sin falta a sus anchas al purgatorio, pero está vez no respondió, Verum se cansó de maldecir a todas las existencias hasta dejarse caer de rodillas y transformarse lentamente en su aspecto convencional, arojado como despojo en una esquina con escombros, abrazando sus rodillas contra su barbilla, desnudo por completo y con una mirada oculta por su cabellera plateada que cubre su rostro, no hace falta verle la cara para apreciar la decadencia en la que a caído, perdió por completo en control sobre si mismo.
Lucerno crea una barrera de fuego alrededor de los escombros para que nadie pueda entrar hasta acá con esa postura tan miserable que está asumiendo su rey, no pueden verlo en este estado bajo ningún concepto. Se acerca a el y se quita su chaleco para cubrirlo, se agacha y le acaricia el pelo como a un gato abandonado, la atención de Lucerno a dejado mucho que decir de su empatía disfrazada con carácter y diplomacia, es lo más cercano a un padre que Verum pudo soñar igualmente lo concidera como su hijo. Un hijo que no está pasando por la mejor etapa de su vida que digamos.
Ahora más que la situación precaria del rey le preocupa Megan y cómo podrán recuperarla, sino pueden tomar juego en fichas celestiales.
Megan despierta de un sueño profundo en una cama cubierta por cientos de almohadas y un resplandor que viene desde todas las direcciones, no se escucha ningún ruido y cuando se levanta de la cama con forma circular para caminar solo seis pasos eso fue lo que avanzó al toparse con barrotes de color blanco, se aprieta el seno con los dedos y parpadea varias veces para despertarse del todo, se ds cuenta que está en serrada en una jaula al igual que un canario, los barrotes son fríos pero no sé escucha como metal, además de que su poder no causa ningún efecto y por más que pida ayuda nadie responde, ni siquiera se escucha el eco de vuelta, el fondo del orisonte y su alrededor es blanco poe completo, la nada teñida de blanco, absolutamente nada, una camara psiquiátrica sin camisa de fuerza.
ESTÁS LEYENDO
La dama de la Parca
FantasiaLa representación de la muerte de un modo artístico y polémico, jugar con las emociones más tiernas, hasta con las más desgarradoras atreves de fantasía oscura y alegorías. Un romance entre la muerte y una Katrina.