La dama de la Parca

Capítulo 26- Verdades.

Es ese día, el gran día, ella caminaba por la alfombra a cumplir su palabra en contra de sus principios y aceptar el casamiento q todos esperaban, un ser humanoide compuesto de luz intercede, era su padre, su verdadero padre, el verdadero amor de su madre, trataba de salvar a su hija, trato bajo todos los medios posibles, como intruso peleó con todas sus fuerzas, incluso contra Lucerno en persona, inclusive contra el emperador,  un momento en el que ella solo veía un espejismo, como un muñeco de cera que le tomo el pelo a todos,ella en ese momento percibió algo extraño, pero nunca supo de su ausencia, de la intrusión de su padre, en este momento ella está sintiendo tan impotente que entre lágrimas que interrumpen la visión se siente ridícula y frustrada, todo ese tiempo, esa misma noche. Cómo pudo ocultar la verdad de ese modo? Con tal naturalidad, para alguien que representa la verdad resulta ser muy camaleónico.

Megan no quiere seguir viendo, está muy herida emocionalmente, justo cuando empezaba a sanar, cuando comenzó a crecer, a sentirse perteneciente y amada, cómoda, todo fue una burla, todo se abruma, sus ojos arden y sus gritos piden que se detenga. El ángel sisañador la sujeta fuerte, se aferra como grilletes y no piensa detenerse, ahora que aceptó ver, tendrá que ver hasta el final así sea en contra de su voluntad. Megan le pide entre lágrimas que se detenga pero no accede y le muestra como su padre fue cortado en dos partes, masacrado por Verum con solo un gesto de medio segundo.

-no te preocupes, tú padre no está muerto, está sano por completo, de hecho seguro pronto le verás.

Megan le pide por última vez que la suelte y la palabra se transforma en una acción que impacta una onda de choque naciente de ella que se desprende en una ola, azotó a el ángel a varios metros de ella como si le hubiera chocado una rastra. La imágen de Megan muestra dolor y tristeza, pero también una ira odbia.

El ángel salió mal parado y sus ojos fueron castigados, sangran, esa sangre blanca y brillante, perlas en estado líquido que solo contienen estos seres extraordinarios.

-Qué me hiciste Megan? Por qué?
-Te lo mereces, lo puedo ver en tú mirada cada vez que me ieres, no sé si te mandó mí dichoso padre o solo lo haces por diversión, pero no eres buena persona o lo que seas que eres, cosas de los conflictos y tú alma está corompida por el caos.

Entre lágrimas y coraje le grita de frente. Curiosus, llora sangre, sangre blanca, no es mí culpa se defiende afirmando que está es su naturaleza, así como la de su esposo será hacer ver a la verdad paradójica.

Esto es el colmo, la serpiente alada incluso como pretexto o disculpa va a tratar de hacer daño.

El ángel no puede ver, el daño que le provocó Megan lo segó, será temporal, estos seres se recuperan de casi cualquier daño, pero la advertencia ya le fue dada.

Cómo golpe final Megan gesticula de forma violenta extendiendo su brazo y el celestial fue exiliado de este campo silvestre para más nunca entrar.

Ella mira a la nada, con una mirada clavada en la nada, tajante con ojos enrojesidos y lagrimosos, un seño estrujado y mejillas coloradas, sabe que él le está observando como siempre, está vez ella le está mirando a él, de forma desafiante, un paso al frente y en un parpadeo se encontraba en su habitación de cara a cara, requiere una explicación, exige la verdad por delante de todo.

Hay están como libros abiertos a punto de ser leídos después de haber soplado su polvo, ambos parados uno al frente del otro, en la misma habitación, vulnerables, una bruma de sentimientos sin juicios cubre la recamara como pintura en las paredes, las miradas cruzan espadas a la defensiva, el duelo está fresco, un pez recién pescado, ajitandose contra la red, contra la asfixia que le acorala, claustrofobicamente, los labios se aprietan en el tiempo que se formulan los pretextos que suelen socorrer a todo aquel que claramente se está ahogando.