Capítulo 35:De donde nace el miedo II

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—¿Qué pasa?

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—¿Qué pasa?

Desperté de nuevo ahora con lágrimas en los ojos, abrace a Alice.

—Estas pesadillas están acabando conmigo, quiero dormir maldición.

—Voy a estar contigo, solo relájate, necesitas dormir.

—¿Para tener otra pesadilla horrible?

—Voy a dormir a tu lado, si esto no funciona, haremos otra cosa ¿si?

—Supongo...—dije antes de acostarme a su lado

Mientras el yate se mecía suavemente sobre el agua, las voces de Kristen y Samantha flotaban en el aire, casi como si el viento quisiera llevarlas lejos de mí. Caminé hacia ellas, cada paso se sentía pesado, como si el suelo intentara detenerme, como si mis pies no quisieran seguir adelante.

—Siempre pensé que la vida sería diferente —decía Samantha, con una sonrisa triste mientras miraba hacia el horizonte—. Quería algo mejor para nosotras, pero al final... el destino siempre estuvo marcado, ¿no?

Kristen se inclinó hacia ella, la familiaridad en su postura me dolió profundamente, como si hubieran compartido más momentos de los que yo nunca supe.

—Nunca hay escapatoria en nuestra línea de trabajo, Sam. Nos hacen creer que hay opciones, pero al final, siempre es lo mismo —respondió Kristen, cruzando los brazos con una sonrisa amarga—. Una vez dentro, no hay vuelta atrás.

Mi corazón latía con fuerza. Quería gritarles, decirles que estaban equivocadas, que yo habría hecho cualquier cosa para proteger a Samantha, para cambiar su destino. Pero cuando abrí la boca, ningún sonido salió. Ellas seguían hablando como si yo no existiera.

—¿Sabes? —continuó Samantha, mirando hacia el mar, con una expresión pensativa—. A veces me pregunto si Daniela está destinada a caer en los mismos errores que yo. Siempre protegiéndome, siempre sacrificándose. Nunca se detiene a pensar en lo que realmente quiere.

Kristen asintió, sus ojos se oscurecieron mientras la observaba.

—Eso es lo que pasa cuando te crías en una familia como la suya. Te conviertes en una pieza más de su maquinaria, siempre luchando para mantenerte a flote, pero nunca escapando de verdad. Daniela siempre quiso ser fuerte, pero esa fortaleza también puede destruirla. —Hizo una pausa y, por un segundo, pensé que Kristen realmente sentía algo de empatía, pero su voz volvió a endurecerse—. A veces, ser fuerte significa saber cuándo dejar ir, Sam.

Quise decirles que no era cierto, que no quería seguir los pasos de mi padre, que había intentado todo lo posible para ser diferente. Pero las palabras se atascaban en mi garganta, sofocándome.

—¿Y qué pasa cuando no puedes dejar ir? —preguntó Samantha, con una mirada perdida, su voz temblando levemente—. ¿Cuando el peso de todo lo que llevas encima es tan grande que no puedes ni respirar? A veces siento que... si hubiera hecho algo diferente, si hubiera sido más fuerte, tal vez... Daniela no estaría cargando con todo ahora.

Amor Encubierto: Espía x Mafiosa GLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora