¿Puede el amor nacer del odio? Daniela Avilés acaba de vivir una tragedia, Alice la causo, ¿podrá una espía enamorarse de una mafiosa?
No creas que un inicio romántico te garantiza una historia linda, a fin de cuentas esto es un Thriller.
Contenido...
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El frío del metal en mis muñecas era un recordatorio constante de mi situación. Estaba esposada en el asiento trasero de un vehículo negro, rodeada de guardias implacables. La sonrisa sádica de Chaterine seguía grabada en mi mente mientras la incertidumbre sobre lo que me esperaba me carcomía por dentro.
El trayecto fue silencioso, interrumpido solo por el rugido del motor y el sonido ocasional de órdenes murmuradas por los guardias. Mi mente estaba en un torbellino de emociones: miedo, ira, desesperación, pero también una determinación férrea de sobrevivir y encontrar una manera de regresar con mi familia y vengar a Samantha.
Finalmente, el vehículo se detuvo frente a una mansión aún más imponente que la anterior. Fui sacada bruscamente y empujada hacia el interior. El lujo opulento de los pasillos contrastaba con la frialdad y el peligro que emanaban de cada rincón. Chaterine caminaba delante de mí con una elegancia amenazante, guiándome hacia lo que parecía ser una sala de interrogatorios.
Cuando las puertas se abrieron, me encontré en una sala enorme y oscura, donde solo una luz colgante iluminaba un área específica en el centro. La penumbra circundante hacía que el espacio pareciera infinito y opresivo. Fui empujada hacia la silla metálica bajo la luz, mis ojos ajustándose lentamente a la oscuridad que me rodeaba. La frialdad del asiento se colaba a través de mi ropa, intensificando la sensación de vulnerabilidad. Pero no iba a dejar que Chaterine viera mi miedo; no se lo iba a conceder.
Chaterine se acercó lentamente, emergiendo de las sombras como un depredador que saborea el momento antes de atacar. Su figura esbelta se movía con una gracia que solo resaltaba el peligro que representaba. Sus ojos, dos pozos de oscuridad insondable, brillaban con una malicia que helaba la sangre. Cuando habló, su voz era suave, casi melódica, pero cargada de un veneno que se sentía en cada palabra.
—Bienvenida a tu nueva realidad, Daniela. Aquí es donde realmente comienza tu sufrimiento.
La observé con un desafío en mis ojos, sin apartar la mirada de los suyos. —¿Qué es lo que realmente quieres de mí, Chaterine?
Ella se inclinó hacia mí, tan cerca que pude sentir su aliento contra mi piel. El olor a menta fresca contrastaba con la podredumbre que emanaba de su ser
—Quiero verte romperte, verte desmoronarte hasta que no quede nada. Y después de eso... —Sonrió con una crueldad gélida—, tomaré el control de tu imperio, de tu querida familia Avilés, y lo esparciré como una plaga por todo Europa. Italia será solo el comienzo.
No iba a cederle el poder de mi miedo, aunque su presencia lo alimentaba con cada palabra.
—No sabes con quién te estás metiendo, Chaterine. Mi familia no se rinde, no retrocede ante nadie.
Chaterine rió suavemente, un sonido que reverberó en la sala vacía como un eco macabro.
—Eso lo sé, querida. Cuento con ello. Pero antes, necesito... probarte. Vamos a ver cuánto queda de esa sangre fría Avilés que tanto presume tu linaje.
