Capítulo 10:La buena, la fea y la mala

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Después de dos semanas tras la desaparición de Alice, yo no podía ni siquiera estar tranquila un segundo

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Después de dos semanas tras la desaparición de Alice, yo no podía ni siquiera estar tranquila un segundo. La culpa me consumía. Yo la presioné y la hice salir. No podía ni siquiera imaginar dónde estaba. ¿Estaba en las manos de Chaterine? No sabía la verdad. Teníamos muchos enemigos, pero si los agentes nunca nos dejamos ver, ¿por qué atraparon a Alice? Por órdenes de la jefa, Kristen, regresé a la agencia. Estuve día y noche insistiéndole sobre una misión de rescate; incluso estuve con Adam y Mauga para tratar de convencer a Kristen.

Alice era como una hermana para mí. Su ausencia dejaba un vacío insoportable. Recordaba nuestras largas conversaciones, sus risas que iluminaban los días más oscuros y su lealtad inquebrantable. La idea de que estuviera sufriendo me desgarraba el alma. Cada rincón de nuestro apartamento me recordaba a ella: su lado de la habitación meticulosamente ordenado, sus libros favoritos apilados en el escritorio y la taza de té que solía dejar a medio beber. Nunca había vivido sin Alice, y cada día sin ella era una tortura constante.

La agencia estaba totalmente oculta a los ojos de las personas, en una ubicación inimaginable. Era un mundo aparte, un refugio clandestino que solo unos pocos privilegiados conocían. A pesar de que no convivía con los agentes que no eran mis amigos, conocía a algunos, y cada vez eran más las personas que se unían a la agencia. Nosotros, los agentes, somos personas sin nombre. Para entrar, tuvimos que fingir nuestra muerte, dejar todo atrás y dar todo por la causa. Por eso nos catalogan como fantasmas. Nuestra existencia se borra del registro público, y nuestros antiguos lazos se cortan irrevocablemente. La agencia nos brinda una nueva identidad, un propósito que va más allá de la comprensión común.

La pregunta del siglo es: ¿cuál es el objetivo de la agencia? Bueno, suena simple: es acabar con esas personas que llenan de mal al mundo, por ejemplo, aquellas que cometen actos atroces contra muchas personas, incluso contra un país. Nuestra misión es ser la sombra que elimina las sombras mayores, los fantasmas que cazan a los monstruos. Recuerdo nuestra misión más exponencial: literalmente, acabar con líderes mafiosos se queda corto en comparación con esta misión, la cual fue eliminar a un dictador en un país árabe. Nos tomó un año entero lograr esa misión. No solo trabajé con el escuadrón, sino también con Kristen y muchos agentes externos al escuadrón principal. Fue fantástico, una operación meticulosa y peligrosa que mostró la verdadera magnitud de nuestra agencia. Pero no era momento de ver nuestros logros, sino de encontrar a Alice.

Fui a mi apartamento. En la agencia no solo había zonas de pruebas, de entrenamiento, de práctica o laboratorios de investigación, sino que también teníamos una zona excluida, al igual que la agencia, donde había unos edificios que eran los departamentos donde vivíamos todos los agentes. Mi habitación la compartía con Alice. A decir verdad, era bastante grande; cada quien tenía su lado, pero era magnífico. Me daba cuenta de que nunca había vivido sin Alice, por lo cual su ausencia me afectaba demasiado. Ya no podía permitir que esto siguiera. Debíamos encontrarla, pero no podía lanzarme a una misión sola, ni siquiera junto a Adam o Mauga.

Amor Encubierto: Espía x Mafiosa GLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora