Kara.
Hoy fue un día lleno de emociones y revelaciones. Senté a Lori y a Lutessa en la cocina, donde el ambiente tranquilo contrastaba con la tormenta que se agolpaba en mi interior. Tenía que contarles sobre Liam, y mi corazón latía con fuerza, casi como si quisiera escaparse.
Lori, con sus ojitos curiosos fijos en mí, parecía más inquieta que nunca después del episodio que había presenciado con Liam. Su mirada revelaba una mezcla de preocupación y deseo de proteger a su hermano, algo que su edad apenas podía contener. Lutessa, en cambio, mantenía una calma serena, como si supiera que había situaciones que estaban fuera de su control, pero que haría lo posible por ayudar.
—Chicas, Liam tiene autismo —empecé, notando cómo se miraban entre sí, sus expresiones cambiando de curiosidad a una inquietante expectación. — El médico lo confirmó ayer.
Lori frunció el ceño, su preocupación palpable. —¿Qué significa eso? —preguntó, mientras sus deditos inquietos comenzaban a doblar nerviosamente la única servilleta que podía alcanzar. — ¿Mi hermano se va a morir?
—No, cielo —intervino Lena con rapidez, reconociendo la angustia que iluminaba los ojos de nuestra hija menor—. Solo... solo... su cerebro funciona de manera diferente al nuestro.
Las niñas asintieron, pero sus rostros no reflejaban tranquilidad. —Entonces... —continuó Lori, todavía preocupada por su mellizo—. ¿Qué significa eso?
Les expliqué con cuidado, usando palabras simples para ayudarles a entender. —Liam presenta varios síntomas, pero lo más difícil para él es el ruido. Los ruidos fuertes lo incomodan mucho y eso puede hacerlo sentir angustiado. — Mis ojos se llenaron de congoja al ver cómo sus ojitos se humedecían con lágrimas. — Es por eso que tuvo ese episodio en el establecimiento el otro día. — Entonces, mi mirada se centró en Lori, quien parecía absorber cada palabra con una mezcla de miedo y determinación. — También el médico nos dijo que le cuesta mucho socializar. Por eso juega solo con ustedes y con sus primos; son su lugar seguro y le calman la ansiedad.
Lutessa, siempre tan empática, inclinó la cabeza, su expresión reflejando una profunda comprensión. —¿Entonces debemos ser más silenciosas en casa? —preguntó, con los ojos llenos de lágrimas que parecían brillar con la luz de la solidaridad. —A veces nosotras hacemos ruido, gritamos... y le hemos hecho daño a Liam.
—No le han hecho daño —concluí, buscando darles un poco de consuelo en medio de su angustia.
—Ustedes no sabían —añadió Lena—. Nosotros tampoco lo sabíamos.
Lori asintió lentamente, su preocupación aún latente. —Entonces, ¿debemos mantener el mayor silencio posible?
—Exacto —asentí—. En el jardín hay muchos niños ruidosos, así que quizás también deban ayudarlo un poco. —Susurré casi en una súplica. —Quizás puedan ayudarlo a encontrar un lugar en calma.
Lori, siempre comprensiva, tomó mi mano con ternura. —Prometemos cuidarlo, mami Kara. —De inmediato, su sonrisa apareció, dulce y reconfortante. —No te preocupes, nosotros nacimos juntos y siempre nos cuidaremos.
—Yo también lo ayudaré —susurró Lutessa, su voz suave pero firme, mientras una sonrisa iluminaba su rostro. —Cuidaré que ningún niño tonto dañe sus oídos.
Esa promesa me llenó de alivio. Ver la determinación en sus ojos me hizo sentir que no estábamos solas en esto. Mis hijas, con su amor incondicional, serían un apoyo vital en este camino incierto que nos esperaba. Su capacidad para abrazar la situación con inocencia y pureza me reconfortó, recordándome que, al igual que Liam, ellas también eran nuestro lugar seguro.
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La deuda de Los Luthor. - Supercorp
FanfictionLionel Luthor era un hombre de familia, dedicado y un empresario audaz; nada hacía presagiar que un infarto lo arrebataría de los brazos de su preciada familia, y en el camino revelara todos los trapos sucios que el patriarca de Los Luthor había pat...