Kara y la compra extravagante.

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Narrador Omnisciente. 

El sol de la tarde entraba a raudales por las ventanas del hogar de los Zor-El Luthor. Kara, sentada en el sofá con Kripto a su lado, veía a su familia en pleno movimiento: Liam y Luka estaban en el suelo, organizando un complicado rompecabezas de galaxias, mientras Lori hojeaba un libro sobre teorías científicas en voz alta para ellos. Lutessa, en cambio, se veía extrañamente callada, sentada a un lado de la mesa, mordisqueándose el labio inferior.

Sin embargo, Kara no sospechaba nada... hasta que su hija mayor, después de un momento de miradas inquietas, la llamó con un leve "mamá".

Kara levantó la vista, notando el leve sonrojo en las mejillas de Lutessa. Algo andaba mal, o al menos, raro; llevaba mucho tiempo conociendo a su hija como para saber que algo la estaba inquietando y que ese tono vacilante de hablar es porque había una inseguridad latente que estaba removiendo su pequeño corazoncito hasta el punto de sentirse insegura de hablar en un lugar que siempre la había acogido.

—¿Sí, Lu? —Respondió Kara con una sonrisa tranquila, pero en cuanto vio a Lutessa acomodarse, carraspear, y luego evitar mirarla, su corazón empezó a latir con nerviosismo. — Dime lo que te inquieta, mi amor.

Lutessa respiró hondo y la soltó de golpe.

—Hay un... chico en el colegio. —Murmuró, evitando los ojos de su madre.— Su nombre es Travis y... bueno... él me invitó al cine.

Kara sintió que el mundo se detenía. ¿Chico? ¿Invitación? ¿Cine?

"¡No, no, no!", pensó mientras sus pensamientos daban vueltas a toda velocidad. Lutessa solo tenía doce años. Apenas ayer parecía que le había leído por primera vez sobre el impacto de los medios masivos de comunicación, explicándoles como estos influenciaban la cultura. Ahora, su pequeña, su bebé, le hablaba de un chico... ¡un chico!, un enano enclenque que se creía merecedor de tomar la mano de su pequeña y encima tenía el descaro completo de invitarla al cine, a solas.

—Ah... ¿C-cómo? —Tartamudeó Kara, luchando por recuperar la compostura.— ¿Y dijiste que... te... te invitó al...?

Lutessa asintió, aún sin mirarla.

—Y yo quiero ir. — Terminó por susurrar con cierto miedo. — Quiero... ir con él.

Luka, desde el suelo, paró su juego y la miró con curiosidad.

—¿Mami está bien? —preguntó Luka a Liam, que en su pragmatismo autista simplemente evaluó la situación como "algo relacionado con emociones intensas" y asintió, pero sin entender completamente el pánico de Kara.

Lori, en cambio, se acercó al sofá con una sonrisa burlona.

—Mamá, tranquila, es solo una salida al cine. No se va a casar con él —Dijo con picardía. — O puede que si, nadie lo sabe.

Kara sintió que sus mejillas ardían.

—¡Pero... pero! —Se atragantó.— Lu es... aún es muy pequeña, ¿no? ¡El cine! Con... un chico...

Lena entró a la sala en ese momento, seguramente alertada por el caos emocional en la voz de Kara. La miró de un vistazo, luego se dirigió hacia Lutessa, que la observaba con nerviosismo.

—¿Travis? —Preguntó Lena con calma. Lutessa asintió, y Lena le sonrió a Kara antes de volverse a su hija.— ¿Y te gusta este chico, Lu?

Kara abrió los ojos como platos. ¡¿Qué clase de pregunta era esa?!

—¡Lena! ¡No puedes alentarlo! —Murmuró Kara, casi a punto de colapsar. Lena soltó una risita, claramente disfrutando la confusión de su esposa. — No le puedes preguntar esas cosas, está pequeña.

La deuda de Los Luthor. - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora