Kara.
Andrea estaba apuntando a ella, estaba amenazándola a ella, a la dueña de mi corazón, al amor de mi vida. Todo pareció detenerse durante un par de segundos, el reloj pasaba rápido y no sentía más que su corazón y mi corazón latiendo con fuerza, como si quisiera prepararse para el impacto y deseara salir airoso de eso.
Fue casi inmediato en que mis piernas se movieron desesperadas y se posaron frente a la figura de Lena, intentando que todo mi ser la protegiese y la dejara fuera de peligro. Escuché los dientes de Andrea rechinar, moviendo el arma con más fuerza y a Lillian intentando respirar con normalidad para poder ser esa mujer fuerte que había sido hasta este momento.
—Yo fui. — Susurré, dejándome envolver por el valor de saber que daría cualquier cosa por ella. — Tu buscas venganza, pero la estás buscando contra la persona equivocada.
—¡Apártate! — Vociferó con fuerza, meciendo amenazante el arma. — ¡Esto no es contigo!
Sentí las manos de Lena sobre mis caderas en un intento por apartar, pero únicamente obtuvo un apretón de mis manos sobre las suyas, sabiendo que ese era un pedido desesperado porque me dejase hacer esto, porque me permitiera estar.
—¡Esto es en mi contra! — Grité con fuerza, dando un último apretón a la mano de la mujer de mi vida antes de dar un paso. — Estas buscando el responsable de romperte el corazón, pues aquí me tienes. — Otro paso más y casi podía sentir el frío del metal del arma. — Si vas a disparar contra alguien, hazlo en mi contra. — Otro más y el cañón se presionó contra el centro de mi pecho. — Yo te dejé, Andrea, yo te dejé de amar.
Los dientes de Andrea rechinaron y el frío metal se apretó contra mi pecho. — Ella me quitó todo, me dejó sola. — Gruñó entre dientes. — ¡Lena debe pagar por romperme el corazón!
—Cuando la vi, yo comencé a sentir que el corazón se me salía por el pecho. — Tenté la suerte, sabiendo que cada palabra pondría un blanco entre ceja y ceja. — Fue al instante, comencé a sentir cosas que nunca había sentido y no me parecía correcto seguir contigo si su sola presencia era capaz de desmoronarme. — No importaba, en este momento tener a Lena y Lutessa segura, era lo más importante. — Yo fui la que se dio cuenta de que en realidad no te amaba. — La vi sollozar con fuerza. — Andrea, yo no te amaba desde hace un tiempo y me dejé confundir por la costumbre de tener a alguien al lado. — Su mano temblaba y sabía que con un movimiento determinado podría desarmarla, aunque eso aumentara las posibilidades de un accidente. — Así que si estás buscando al responsable de tu corazón roto, lo tienes aquí al frente. — Tomé una respiración profunda. — Dispara, Andrea.
Sentí a Lena tras de mí. — Kara, basta.
—No, Lena, ella tiene que saber. — Susurré antes de volver la mirada a Andrea. — Lena no me coqueteo, no me sedujo y no hizo nada para tenerme entre sus manos, solo pasó; y eso, es un signo de que lo que teníamos no era más que una mera costumbre para no sentirse solas. — Levanté las manos, poniéndome a su disposición. — Pero yo no hice las cosas mal.
—¡Llevábamos años! — Gritó con fuerza. — ¡No pudiste dejarme de mamar de un momento para otro!
—Exacto. — Susurré entregada. — Esa es la única verdad, Andrea, no nos amábamos, solo estábamos acostumbradas a hacernos compañía. — No me moví en absoluto, solo me entregué a lo que pudiese pasar. — Andrea, te dejé antes de empezar cualquier cosa con Lena, te dejé porque no te amaba y no me parecía justo mantenerme ahí si mi cabeza y mi corazón estaban en otra persona. — Mis pensamientos volaron hasta Lu, esperando a que ningún desgraciado le hiciera daño y deseando que tuviese un corazón de oro como el de Lena. — Quieres a un responsable, yo te lo estoy entregando. — Deseaba que Lutessa y Lena siempre fuesen felices. — Dispara, Andrea.
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La deuda de Los Luthor. - Supercorp
FanficLionel Luthor era un hombre de familia, dedicado y un empresario audaz; nada hacía presagiar que un infarto lo arrebataría de los brazos de su preciada familia, y en el camino revelara todos los trapos sucios que el patriarca de Los Luthor había pat...