N/A: Hay un salto de tiempo de 4 meses.
Lena.
Dios, no podía dejar de mirarla nuca, era como si su calma simplemente me absorbiera y me hiciese sentir completamente enamorada. Lutessa podía ser fácilmente el bebé más encantador de la vida entera, empezando por esa pelusilla rubia que coronaba su cabecita, esa sonrisa torpe de medio lado que no sabía si podía considerarse una sonrisa y luego estaban sus profundos ojos azules. Esa pequeña tenía los ojos más claros que jamás hubiese visto, coronados con suaves motas de color verde; era como si el océano y la tranquilidad de los bosques se juntaran en esos ojitos curiosos.
—Eres una bebé consentida. — Musité pasando mis manos por su barriguita al aire. — Y abusas de que estoy completamente enamorada de ti. —Ella lo sabía, es por eso por lo que estaba moviendo sus piernitas y bracitos mientras vociferaba algunos sonidos guturales. — Eres una ternura, Lutessa.
Era imposible no perderse en esos ojos o en esas facciones tan llenas de Kara, y aunque me doliese la vida completa verla cada mañana y corroborar las similitudes que tenía la pequeña con su madre, la amaba cada día más. No estar enamorada de Lutessa era como si desease estar sin sentidos dentro del mundo para enfrentarme a sus peligros y a sus adversidades.
Era una ensoñación que me mantenía aislada del dolor, hasta que llegaba un mensaje de la única persona de todo el mundo que podía contactarme.
Ruby Luthor.
En Línea.
Tía Lena.
En una semana es mi cumpleaños.
Lo sé, querida.
¿Qué deseas de regalo?
Que vuelvas.
Quiero que vengas y estés conmigo.
Por favor, tía.
Ven a casa.
Me rompía el alma cada vez que me pedía que volviese, sabiendo que era demasiado pequeña para explicarle las implicancias de un corazón roto o de los muchos peligros que podía encontrar en el mundo de los desamores. Incluso así, aunque tuviese la empatía suficiente para comprenderlo, no podía explicarle la naturaleza de como se traían los bebés al mundo.
Ella no sabía nada de Lutessa, aún no me sentía preparada para contarle al mundo de su existencia. Pero era Ruby, era mi pequeña quien estaba sufriendo y quien necesitaba entender; quizás era momento de contarle, intentar traerla y presentarle a ese pequeño rayo de esperanza que descansaba entre mis brazos.
Como si mis dedos fueran una parte ajena a mi cuerpo, buscaron ese número de celular que había dejando exclusivamente para Rubs, atreviéndome a llamarle. Ella lo tomó al primer pitido.
—¿Vas a volver? — Preguntó de inmediato, expresando plena esperanza. — ¿Me llamas para decirme que vas a volver?
Esto sería muy difícil. — No, cariño. — De inmediato escuché un sonido tortuoso y estrangulado. — No estoy lista para volver.
—Pero yo te extraño. — Podía sentir que estaba a punto de llorar, demasiado doloroso. — Estoy sola.
—No estás sola, cielo. — Dios, esto no podía ser más difícil. — Tienes a mamá, al tío Lex, la abuela y a tu cachorro.
—Mamá y tío Lex trabajan. — Explicó un poco ofuscada. — La abuela está triste y desde que te fuiste que no veo a Krypto.
¿Qué había dicho? — Cariño, espera. — Intenté que detuviera sus descargos. — ¿Cómo es eso que no ves a Krypto? Él es tu cachorro, lo querías como...
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La deuda de Los Luthor. - Supercorp
FanfictionLionel Luthor era un hombre de familia, dedicado y un empresario audaz; nada hacía presagiar que un infarto lo arrebataría de los brazos de su preciada familia, y en el camino revelara todos los trapos sucios que el patriarca de Los Luthor había pat...