𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓥𝓮𝓲𝓷𝓽𝓲𝓼𝓲𝓮𝓽𝓮

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Mientras hace su camino a la casa oscura, el estómago de Carlos se agita con las últimas bebidas alcohólicas que había tomado para reunir el valor antes de salir del pub para hablar con Charles. La zona está vacía, así que sabe que el padre del ojiazul no está en casa.

Golpea la puerta y Charles responde, sin sorprenderse de ver al español de pie en su puerta después de lo que había pasado ese día. Carlos abre la boca para decir algo, pero Charles gira bruscamente sobre su talón.

Se dirige a las profundidades de su casa y deja al pelinegro en la puerta con una excusa:

— hay un experimento ocurriendo en mi dormitorio, no puede dejarlo por mucho tiempo — dice mientras se aleja, dándole al mayor la única opción de seguirlo.

Así que lo hace, cerrando la puerta detrás de él y caminando hacia el dormitorio del Castaño en la parte trasera de la casa como si estuviera caminando hacia su muerte.

Entra en el dormitorio y ve a Charles corriendo de un lado para otro, desde el microscopio de su escritorio a su estantería, hasta algunos cuadernos en su cama.

Carlos lo observa por un largo momento antes de abrir la boca. Tiene que luchar contra las náuseas mientras toma el aliento para hablar.

— Serías tan amable de pasarme el frasco de Erlenmeyer que está en el alféizar de la ventana — el ojiazul lo interrumpe, de espaldas a Carlos mientras vuelve a su microscopio, ignorando a éste.

Pero Carlos sabe lo que debe hacer.

— Charles, esto ha durado demasiado tiempo ahora — Quiere que las palabras salgan firmes, fuertes, y seguras. Pero en su lugar salen un tono quebradizo, como si se tratara de una súplica —Tenemos que parar esto. No es justo para ti.

Ante esto, Charles se da la vuelta lentamente para mirarlo, como  sabía que lo haría, ponderando sus palabras.

— ¿Y quién, exactamente, dice que no es justo para mí? — Pregunta, entre dientes.

Carlos puede ver que está enojado. Hay un brillo salvaje en sus ojos y su piel se ve más pálida que de costumbre, con el rostro enrojecido por la ira.

— ¿No crees que es algo que yo debo decidir? ¿No crees que yo sabría lo que es justo para mí? ¿Que sabría lo que es bueno y lo que no?

Carlos traga con fuerza, luego se lame los labios y sacude la cabeza.

— No.

— ¿No? — repite, sorprendido por la repentina audacia de su amante. Escupe la palabra como si odiara el sabor de ella — ¿Y por qué mierda no?

— ¡Porque no lo entiendes! — Grita, finalmente perdiendo la compostura — ¡No entiendes lo que está pasando! ¡Tú nunca lo has entendido!

Es una violación, así de simple y directo, aunque el omega no lo crea. Carlos está en una posición de poder sobre Charles.

El ojiazul no entiende lo suficiente sobre las relaciones humanas y las emociones para decir 'no'.

Charles está desesperado por el amor y el cuidado y cualquier tipo de conexión con otra persona, y él se está aprovechando de eso.

Pero Charles no lo ve así, por supuesto. Charles nunca lo ha visto así. Nunca ha tomado en serio los temores y las preocupaciones de Carlos. Porque al omega no le importa nada de eso. Charles no se preocupa por las implicaciones, las consecuencias y las repercusiones. Nunca lo ha hecho. El castaño tomado todo lo que él ha querido de él, desde el principio, descuidando su propia seguridad y bienestar. Inconsciente de la cordura del alfa.

𝓛𝓾𝓬𝓲𝓭 ||ᴄʜᴀʀʟᴏꜱ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora