— Bueno, eso fue espectacularmente loco — dice cansadamente mientras se sienta en la tapa cerrada del inodoro en el interior del piso 221b en la calle Maporo.Había insistido en que le limpiaran las heridas antes de regresar a casa, pero el único lugar en el que podían pensar en ir era el edificio de la señora Rosberg.
Así que había sacado el pequeño botiquín de primeros auxilios de su coche y le habían preguntado a la mujer si podían usar el piso vacío por un tiempo, bañarse y descansar un poco. Ella había dicho que por supuesto que podían e incluso les había dicho que había una cama en una de las habitaciones si necesitaban pasar la noche, entregándoles algunas sábanas extra que insistió en que no necesitaban pero que tomó de todos modos, sólo para lograr que ella se fuera.
Ahora estaba en la tapa del inodoro y Charles lo curaba para variar. Era extraño tener sus posiciones invertidas.
Desconcertante.
— ¿Por qué lo golpeaste? — pregunta en voz baja, con la voz débil en el silencio del cuarto de baño mientras le limpia la sangre seca, los restos en el lado izquierdo de la cara del alfa.
El mayor puede sentir que la sangre se ha incrustado en el cabello de su sien, haciéndolo adherirse a su piel y tirar de ella irritantemente.
— ¿Qué? — No entiende muy bien qué es lo que el Castaño le está preguntando.
Seguramente Charles lo sabe, así que ¿por qué quiere que lo diga en voz alta?
— ¿Por qué lo golpeaste? — simplemente repite inútilmente, sin aclarar nada.
El pelinegro mira al omega, donde se encuentra entre las rodillas del hombre. El paño que la señora Gill les había dado estaba mojado con agua y manchado con sangre en sus pequeñas manos.
— Porque estaba acosándote, Charles.
— ¿Cómo lo sabes? — Recalca, frotando más fuerte en la sien del contrario, tratando de limpiar la sangre de su cabello y haciendo que se encogiera levemente — Tal vez me acerqué a él mientras tú te fuiste; tal vez hice el primer movimiento. Tal vez quería que me besara. Cualquier otra persona pensaría eso de mí."
Sus manos se apartan del rostro del español, dejándolos mirarse fijamente. Charles mira a Carlos con ojos grandes, y sin emoción alguna.
— Lo has pensado antes, — le recuerda al mayor, lo que implica el incidente con Max en la escuela, su tono sólo es un poco acusador. —Pero esta vez...ni siquiera cruzó tu mente.
El cuello de Carlos está empezando a doler desde el ángulo de mirar hacia arriba al Castaño pero no intenta pararse. Simplemente levanta las manos y las pasa a lo largo de las piernas de Charles, sus caderas, su estómago.
— Confío en ti, Charles,— le dice. — Implícitamente. Antes, cuando sentía celos, era porque...no sabía cuán profundamente me amabas. No sabía que me ibas a querer en tu futuro después de terminar la escuela, y siempre tuve tanto miedo de que me dejaras.
Piensa temprano en esa mañana, cuando Charles se acercó a él en ese mismo departamento y habló de empezar una vida con él, de querer a Carlos allí con él, de no dejarlo atrás.
— Pero ahora que sé cuánto te preocupas por mí, que todavía me querrás incluso después de que te gradúes y te vayas a la universidad...confío en que nunca me lastimaras de esa forma.
— No lo haré, Carlos, — dice sacudiendo la cabeza, con los ojos bien abiertos y el cabello desordenado, pasando sobre su rostro — No te haré daño así. Nunca. Siento haber dejado...
ESTÁS LEYENDO
𝓛𝓾𝓬𝓲𝓭 ||ᴄʜᴀʀʟᴏꜱ||
Fiksi Penggemar𝑺𝒊 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒆𝒈𝒖𝒊𝒎𝒐𝒔 𝒆𝒍 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐, 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒑𝒐𝒅𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒐ñ𝒂𝒓. 𝑷𝒆𝒓𝒐 𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒕𝒐𝒅𝒂𝒗í𝒂 𝒆𝒔𝒕é 𝒍ú𝒄𝒊𝒅𝒐, 𝒎𝒆 𝒂𝒉𝒐𝒈𝒂𝒓é. 𝑨𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒅𝒆𝒍 𝒅í𝒂 𝒏𝒐𝒔 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒂 𝒆𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒔𝒕...