𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓓𝓲𝓮𝓬𝓲𝓷𝓾𝓮𝓿𝓮

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El cuerpo del omega es joven, todavía en plenitud de la adolescencia. A pesar de que debió haber comenzado la pubertad hace unos años -si su voz era algo para considerar- pareciera que sus cuerdas vocales y sus extremidades fueran el único cambio drástico que había sufrido.

El resto de su cuerpo todavía se veía suave y delicado. Casi ni tenía vello púbico, y eso sólo se notaba por la sombra de color oscuro, que ya se agrupaba en la base de su pene, en la parte superior del pequeño hueso de su pubis. Si había pelo alrededor del resto de sus genitales -sus testículos, y su ano- éstos todavía estaban lo suficientemente pequeños y delgados como para ser llamado vellos púbicos y apenas se notaban.

No tenía pelo en su pecho excepto por quizás uno o dos que aparecían al azar y se erguían orgullosos, inconsistentes y escasos. Su piel todavía era firme y suave, no había ni una sola arruga a la vista, con una hermosa translucidez y perfecta impecabilidad que el alfa amaba y de la cuál también estaba celoso.

Charles todavía tenía los rastros de un cuerpo infantil persistente que se aferraban desesperadamente a su cuerpo, pero incluso eso estaba empezando a desaparecer a la vez que su metabolismo aumentaba y que comenzaba a desarrollar más fibra muscular.

Aunque en sus cachetes todavía es más evidente en su cara lisa y sin bello, principalmente a lo largo de los contornos de sus mejillas desnudas, pero Carlos sabía que eso pronto se desvanecería.

Carlos se pregunta si a Charles le crecería bastante pelo en su cara para incluso tener que afeitarse regularmente. Pasa los dedos por la cabeza del omega y la toma para bajarla hasta su regazo.

Se estremece deliciosamente mientras guía su miembro entre los gruesos labios del omega y entra en la cálida y húmeda caverna de esa flexible boca.

— Sí, cariño, así. Justo como te mostré la última vez, tómalo todo,— murmura, con voz suave y baja, dedos peinando a través del desordenado cabello Castaño y trazando las curvas inclinadas de su bello rostro.

Él está de rodillas en la cama del chico, con el cuerpo inclinado sobre la cabeza de Charles mientras el joven está postrado sobre las sábanas. El brazo bueno del alfa se apoya sobre el ojiazul mientras introduce su erección en la boca del joven con su otra mano.

— Buen chico. Has aprendido a tomar mi polla tan bien.

Charles mueve su boca sobre el eje de Carlos intensamente, empujándose más allá de sus límites y atragantándose un poco mientras intenta tomar más de lo que es capaz. Tose y se saca la hombría del alfa de repente, un poco demasiado rápido, y el pelinegro deja escapar un pequeño grito.

— Cuidado con los dientes, ¿recuerdas? —Le dice, pero acaricia el lado de la cara del omega para hacerle saber que no está enojado. — Mantenlos cubiertos, eres un buen chico. Perfecto, — gime mientras Charles vuelve a succionar y lamer, decidido a probarle sus habilidades al hombre mayor.

Al español no le importa el intento.

— Quiero que te toques mientras follo tu boca, —de repente le dice, disfrutando de la forma en que la respiración de éste atraviesa su erección y sus ojos se abren de par en par mientras le mira.  — Hazlo, está bien, — le anima suavemente.

Estira una mano hacia abajo lo más que puede para agarrar la muñeca del omega, donde su brazo había estado descansando libremente en el muslo de Carlos para obtener un mejor apoyo, y la lleva hacia el propio miembro de éste, el cual está erecto nuevamente.

— Sólo quiero ver, está bien.

El omega ya se había corrido una vez esa tarde, pero apostaría mucho dinero a que él podía hacer que el ojiazul llegara a su climax nuevamente.

𝓛𝓾𝓬𝓲𝓭 ||ᴄʜᴀʀʟᴏꜱ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora