Lynn Loud Jr., capitana de su equipo de fútbol, es forzada a tomar clases de ballet, lo que la lleva a convivir con Giselle Westwood, su compañera en la escuela, una sofisticada bailarina, que es prejuzgada y molestada por Lynn. Aunque al principi...
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La música clásica resonaba en el aire del salón de ballet mientras Lynn se esforzaba por mantener la postura correcta. Los ecos de los pasos de las demás alumnas llenaban el ambiente, pero su mente estaba concentrada en una sola cosa: mejorar. Mirándose en el espejo, notó que su reflejo no era tan desastroso como esperaba.
Madame Claire se acercó a Lynn tras una serie de movimientos.
-Lynn, has mejorado muchísimo. ¡Sigue así! -le dijo, una mezcla de sorpresa y admiración en su voz.
Lynn sintió una oleada de incredulidad. ¿Era realmente tan buena? No pudo evitar que una sonrisa asomara en su rostro, aunque rápidamente la ocultó.
-¿Será que la maestra se ha quedado sin alumnas a quienes darles clases? -murmuró para sí misma, intentando restarle importancia a la situación.
Mientras se movía por la sala, sus pensamientos se desviaron hacia Giselle. Desde que comenzaron a trabajar juntas, algo había cambiado en ella. Sus inseguridades comenzaron a desvanecerse, y la idea de estar en la clase de ballet no le parecía tan aterradora como antes.
-Quizás no sea tan mala idea que Giselle se entrometa en mi vida... Solo espero que no me haga bailar en un escenario con tutú -pensó, esbozando una ligera sonrisa.
La maestra continuó dirigiendo la clase, pero Lynn no pudo evitar sentirse más confiada ya que estaba haciendolo muy bien a comparación de como comenzo.
-Parece que alguien ha estado practicando en casa -comentó, y Lynn, aún recuperándose de su propia sorpresa, murmuró para sí misma:
-O tal vez simplemente no he tenido la oportunidad de caerme en el ensayo.
Las chicas comenzaron a recoger sus cosas mientras Lynn sacó su teléfono. Vio un mensaje de Giselle preguntándole cómo había sido su práctica de ballet. Atrapada entre la emoción de haberlo hecho bien y su habitual sarcasmo, decidió responder de manera más amistosa de lo habitual.
-"Fue... un éxito total. Ahora solo falta que me den un tutu y una corona" -escribió, sonriendo al imaginar la reacción de Giselle.
Con un leve brillo de satisfacción en sus ojos, se sintió un poco más cercana a la idea de pertenecer, ya no solo en el ballet, sino también en su nueva amistad.
Giselle se encontraba en la sala de ensayo del equipo élite de baile, rodeada de sus compañeras que se estiraban y calentaban antes de comenzar la práctica. Se sentó en el suelo, estirando sus piernas, cuando sintió vibrar su teléfono en el bolsillo. Sacó el dispositivo y sonrió al ver que era un mensaje de Lynn.
-"Fue... un éxito total. Ahora solo falta que me den un tutu y una corona" -decía el mensaje.
Giselle no pudo evitar soltar una risa, imaginándose a Lynn en un tutu ridículo. Escribió rápidamente en respuesta:
