Lynn Loud Jr., capitana de su equipo de fútbol, es forzada a tomar clases de ballet, lo que la lleva a convivir con Giselle Westwood, su compañera en la escuela, una sofisticada bailarina, que es prejuzgada y molestada por Lynn. Aunque al principi...
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La película avanzaba, y el ambiente en la habitación de Giselle se sentía acogedor, lleno de risas y la suave luz de la pantalla. Ambas chicas estaban acurrucadas bajo una manta, disfrutando de la historia que se desarrollaba frente a ellas. Lynn, en un momento de juego, decidió moverse un poco más cerca de Giselle.
Con un toque travieso, comenzó a apretar suavemente la pierna de Giselle, sintiendo la suavidad de su piel bajo la manta. Un ligero cosquilleo recorrió el cuerpo de Giselle, y se giró para mirar a Lynn, sus ojos brillando con sorpresa y un destello de deseo.
-¿Qué estás haciendo? -preguntó Giselle, aunque su voz estaba teñida de diversión y una creciente curiosidad.
Lynn sonrió, su expresión juguetona ocultando una mezcla de nerviosismo y emoción.
-Solo probando algunas cosas. ¿Te molesta? -dijo, inclinándose un poco más cerca.
El aire entre ellas se volvió denso, y el mundo exterior parecía desvanecerse mientras se miraban a los ojos. Giselle se sintió atrapada en la intensidad de la mirada de Lynn, que destilaba tanto deseo como vulnerabilidad.
-No, para nada -respondió Giselle, su rostro ligeramente sonrojado-. Solo... no esperaba eso.
Sin poder resistir la atracción, Lynn se atrevió a acercarse aún más. Sus manos, aún en la pierna de Giselle, se deslizaron un poco más arriba, provocando que un escalofrío recorriera la espalda de Giselle.
-¿Sabes? Hay algo de magia en este momento -dijo Lynn, su voz baja y suave-. Como si todo se detuviera solo para nosotras.
Giselle se mordió el labio, su corazón latiendo con fuerza mientras la cercanía entre ellas crecía. Las manos de Lynn finalmente encontraron su camino a la mejilla de Giselle, y su mirada se tornó seria, llena de deseo.
-¿Puedo? -preguntó Lynn, su voz un susurro.
Giselle asintió, el nerviosismo y la emoción entrelazándose en su pecho. Lynn se inclinó, sus labios encontrando los de Giselle en un beso suave pero cargado de energía. El mundo se desvaneció por completo mientras se sumergían en el momento, el beso creciendo en intensidad.
Giselle respondió, tomando la mano de Lynn y tirando de ella, llevándola más cerca. El calor entre ellas se intensificó, y el beso se convirtió en algo más profundo, más apasionado. La manta cayó a un lado, y Giselle sintió el contacto de Lynn en su piel como un rayo de electricidad.
Ambas se dejaron llevar por el momento, explorando la conexión que habían estado cultivando durante tanto tiempo. Cada roce, cada susurro era un recordatorio de que estaban donde debían estar, juntas, en ese instante perfecto.
Después de un rato, Giselle rompió el beso, sus ojos fijos en los de Lynn, llenos de una mezcla de deseo y vulnerabilidad.
-Lynn, nunca lo he hecho - Comentó un poco nerviosa, con la respiración un poco agitada.
