Lynn Loud Jr., capitana de su equipo de fútbol, es forzada a tomar clases de ballet, lo que la lleva a convivir con Giselle Westwood, su compañera en la escuela, una sofisticada bailarina, que es prejuzgada y molestada por Lynn. Aunque al principi...
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El estudio de ballet estaba lleno de música y movimiento, pero Giselle no podía evitar desviar su atención hacia Lynn. La veía practicar, se veía muy despistada. Había algo en la forma en que Lynn se movía que le hacía sentir que no estaba del todo presente.
Después de un rato observando, Giselle decidió que era hora de acercarse. Con un poco de nerviosismo, se acercó a Lynn al terminar la práctica.
-Oye, Lynn -dijo Giselle, sonriendo-. ¿Te gustaría trabajar en el proyecto después de la práctica?
Lynn se detuvo y la miró, pero su respuesta fue más cortante de lo que Giselle esperaba.
-No sé, tal vez -dijo Lynn, su tono distante. Su mirada se desvió hacia el espejo, evitando el contacto visual.
Giselle frunció el ceño, sintiendo un nudo en el estómago.
-¿Te pasa algo? -preguntó, la preocupación tintando su voz.
-No, nada -respondió Lynn rápidamente, desestimando el comentario mientras comenzaba a caminar hacia la salida del estudio. Su tono era brusco, y aunque Giselle estaba acostumbrada a la naturaleza competitiva de Lynn, esta vez se sentía diferente.
-Lynn, en serio. Puedo notar cuando estás molesta. ¿Hay algo en lo que pueda ayudar? -insistió Giselle, intentando mantener un tono suave y comprensivo.
Lynn se detuvo y giró para mirarla. Por un momento, Giselle pudo ver una chispa de frustración en sus ojos.
-No es nada. Solo... -Lynn suspiró, como si estuviera conteniéndose-. Estoy un poco estresada por la práctica y el trabajo. Todo está acumulándose.
Giselle sintió que su corazón se encogía. Sabía que la presión de la danza podía ser abrumadora, pero había algo más en la forma en que Lynn hablaba, como si hubiera algo más profundo que la simple carga de los ensayos.
-¿Estás segura de que no quieres hablar de ello? Estoy aquí para ti -dijo Giselle, con un tono más serio esta vez.
Lynn se quedó en silencio por un momento, luchando con sus pensamientos. Finalmente, hizo un gesto con la mano, restándole importancia al asunto.
-Mira, simplemente necesito concentrarme. Tal vez después del proyecto podamos hablar -dijo Lynn, su voz era menos afable que antes.
Giselle se sintió un poco herida, pero decidió no presionar a Lynn si no quería abrirse. Pasaron el resto del tiempo trabajando en su proyecto, Giselle tratando de concentrarse en la tarea mientras Lynn seguía mostrando una actitud distante.
A medida que avanzaban, Giselle intentaba hacer pequeñas bromas para romper el hielo, pero Lynn apenas respondía. La tensión en el aire se volvía más palpable con cada minuto que pasaba.
Finalmente, después de un rato, Giselle sintió que no podía seguir así. Era evidente que algo estaba pesando en el corazón de Lynn, y la incomodidad de la situación la estaba afectando más de lo que quería admitir.
