01|Jungkook

291 28 3
                                    


Jungkook.

Me va a estallar la cabeza. Lo primero que veo al abrir los ojos es blanco. Un techo, sí eso. Y algo rosa y de goma que se balancea. Creo que tiene forma de pene.

Reconocería uno en cualquier parte, incluso teniendo una resaca de mierda, como ahora. Y a juzgar por lo blando que siento bajo el cuerpo, estoy en una cama. Que no es mía. Esa es la única conclusión a la que puede llegar mi cerebro en sus lamentables condiciones.

Mierda

Ayer bebí más de lo que debía. Bostezo y trato de incorporarme, pero acabo tumbándome de nuevo con un gemido.

Hay dos cosas que uno debe comprobar cuando se despierta con resaca en una cama ajena. En primer lugar, si sigue vestido, y gracias al cielo, lo estoy.

Y, para continuar, si he dormido solo. Necesito que este pensamiento se me pase por la cabeza para obtener la respuesta. Lo sé incluso antes de girarme.

Joder. 

Lo peor es que ni siquiera sé quién es. 

Ella sigue dormida, con la piel pecosa, las pestañas gruesas y labios carnosos. Su cabello negro cae en un flequillo desordenado sobre la frente. Por suerte, también está vestida.

Intento poner en funcionamiento mi cerebro para recordar su nombre, pero no lo encuentro. Nada, cero resultados.

¿Qué demonios hice anoche? 

Y estoy bastante seguro de que anoche la besé.

No pienso volver a beber. 

Mi filosofía en estas cosas es que a lo hecho, pecho. Estábamos borrachos, y para ninguno de nosotros significó nada. Lo mejor será que me largue antes de que se despierte y nos veamos envueltos en una conversación incómoda.

Pero justo cuando estoy a punto de ponerme de pie, siento un tirón brusco que casi me arranca el brazo. Y el siguiente problema se materializa ante mis ojos.

Miro mi muñeca y la suya alternativamente.

Estamos esposados..

¿Por qué carajos estamos...? 

De pronto, la desconocida abre los ojos.

—¡No grites! —digo automáticamente, aunque su impulso no es gritar.

En cuanto me ve, se incorpora a toda prisa, mirando alterada lo que nos rodea.

—No, no, no... —susurra, claramente en shock.

Aparta la sábana con brusquedad para comprobar si sigue vestida. Y entonces vuelvo a sentir el tirón en la muñeca, y ella lo nota también. Se pone todavía más pálida cuando su mirada recae sobre las esposas.

Sus ojos se clavan en los míos, ansiosa.

—No puedes decirle esto a nadie —pronuncia rápidamente—. Hablo en serio, Jungkook. Nadie puede enterarse. Menos aún Hanna.

Me cuesta un segundo procesarlo. Ella sabe cómo me llamo. Ya ha dicho un nombre que conozco, pero mi cerebro es incapaz de encontrarle una relación a Hanna con todo esto.

—No hay nada que ocultar —respondo—. Anoche no pasó nada.

Un beso, vale, sí. Que fue súper intenso. Pero no recuerdo los detalles, solo eso y que al besarla pensé: "Joder".

La desconocida traga saliva, y mi mirada recae automáticamente sobre sus labios carnosos, mordidos. Creo que ella también se acuerda, porque de pronto está mirando los míos. Cuando nota que me he fijado, se aclara la garganta y aparta la vista.

INOLVIDABLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora