10 | De mal a peor

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Jungkook.

—¿Seguro que puedes arreglarlo?

—Claro, hermano. No tiene mucho sentido que me haya traído tanto rato —responde Hoseok.

Tumbado bajo el lavamanos, alarga la mano para pedirme la llave inglesa. Obedezco con un suspiro. Ayer estaba lavándome las manos en mi cabina después de tatuar a un cliente y noté una gotera en una tubería. No quise arriesgarme a dejarlo pasar y que empeorara, así que se lo comenté a Jay, mi jefe. Después, llamé a mi mejor amigo, y estuvo encantado de venir y solucionar el problema gratis.

Ahora empiezo a plantearme si fue una buena idea.

—Pásame eso —Hoseok señala otra herramienta, y se la intercambio por la llave inglesa. Miro el reloj con inquietud. Espero que se dé prisa; mi próximo cliente llega en treinta minutos.—Por cierto, ¿Cómo te fue con Hanna? Ayer no me contaste nada.

—Bastante mejor de lo que pensaba.

—Vaya, tenía fe en que te pegaría un puñetazo.

—Siento decepcionarte. No le dije nada nuevo, de todas formas. Dejé claro desde el principio cómo eran las cosas.

Me arrepiento de muchas de mis decisiones, pero liarme con Hanna esa noche en el bar fue, sin duda, una de las peores. Nunca me han gustado los compromisos; los aborrecía antes de Jisoo, y los evito aún más después de ella. Sé que eso puede resultar chocante para algunas personas, así que siempre procuro ser directo. Voy al grano. Se suponía que lo de Hanna y yo era solo cosa de una noche, pero después me propuso vernos más veces y... bueno, acepté, creyendo que estábamos en la misma onda y que ella también buscaba diversión sin compromisos. Gran error.

En cuanto me percaté de que no nos veíamos de la misma manera, le dije que lo mejor era dejar de vernos. No me gusta que diga que le hice daño; me hace sentir mal conmigo mismo. Quizá tendría que haberlo gestionado de otra forma. No lo sé. A lo mejor fue culpa mía por no sentir nada.

Tal vez ya debería poder sentir algo a estas alturas.

Sea como sea, cuando Maia me dijo el otro día que seguían peleadas, llegué a la conclusión de que, me gustara o no, Hanna y yo teníamos una conversación pendiente. Hablamos ayer en el Kim's. Le insistí en que "lo nuestro" estaba completamente acabado y, para mi sorpresa, se lo tomó bastante bien.

También le dije que lo que pasó en la fiesta fue cosa mía. No es del todo verdad, porque Maia me devolvió el beso con ganas, pero no me importa cargar con la culpa si eso ayuda a que se arreglen. Hanna es su mejor amiga, y tengo la sensación de que Maia la necesita.

—Bueno, yo solo espero que te deje en paz —la voz de Hoseok me trae de vuelta a la conversación—. Daba mal rollo que se creyera el centro del universo.

Entiendo a qué se refiere. Después de "dejarlo" con Hanna, salí con un par de chicas, y ella me montó un drama, alegando que lo hacía para darle celos. Nada más lejos de la realidad.

—No es mala chica, Hobi —digo de todas formas.

—No vas a conseguir que me caiga bien.

—¿Acaso hay alguien que te caiga bien?

—Tú, por ejemplo. Y Jenny y Maia. Hanna me da mala espina, como si tuviera que cuidar mis espaldas con ella.

No voy a admitirlo, pero estoy de acuerdo.

—Puedes estar tranquilo —le aseguro—. No vamos a volver a hablar.

Al menos, no por iniciativa mía. No necesito más problemas. Hoseok parece tenerlo todo bajo control, así que me permito levantarme para estirar las piernas. Hago una mueca; he estado agachado tanto rato que los músculos me duelen.

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