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—¡Por fin llegaron!—aclama Franco apenas nos ve bajar del auto.
Estábamos en una joda en donde varios amigos del rubro asistían. Hace bastante que no vengo a una, y eso que es una de mis preferidas, se hace al aire libre, cada uno esta tomando con su grupo de amigos sin molestar a nadie, solo hay una barra de tragos grande, el Dj y podías pasar con los autos.
Cuando llegamos en mi auto, varias miradas se posaron en nosotros, y mas cuando bajamos juntos con Enzo.
—Decile a tu hermano que a veces es peor que una mina.—con cara de culo por mi mal humor, salude a nuestro grupo de amigos y me apoye en el capo de mi auto.
—Sacaste a la bestia.—De la nada, en mi radar aparece Jero, y me saluda antes de ver completamente enamorado a mi auto. Un Ford Mustang del 65, color negro y tapizado rojo.
—Si, lo saque a pasear un rato. —jodí riendo, pero aún así mi cara de culo no cambiaba.
—Están los chicos por allá...—me señala atrás suyo con su cabeza y después con su dedo, que a pocos metros, estaban Guido, Patricio y varios amigos, entre ellos Joni, Fede, Pri y Mar.
Yo ya sabía por que algo hable con el rubio, pero pensé que todavía no había llegado.
—Me voy, pero si quieren de tomar, la casa invita. —se despide y se va hasta donde esta su grupo. Mayormente, Momo era uno de los que organizaba todo esto.
—¿Vas a ir a saludarlos?—me pregunta Enzo llamando mi atención.
—En un rato, quiero que se me pase un poco el mal humor. —tomo un sorbo del vaso de Franco, y de forma rápida agarro el atado de pucho, pongo un cigarro en mi boca y lo prendo.
Le doy una calada profunda, cerrando mis ojos aunque no se vean por mis anteojos negros de sol, y tiro mi cabeza para atrás, sacando todo el humo de mis pulmones. Por un segundo me olvide que estaba Guido, y que seguramente me estaba viendo, pero estaba tan mal y estresada, que necesitaba esto. Desconexión.
—Voy por mas birra, ¿queres?—Franco se deshace de la colilla de su pucho, y nos mira a Enzo y a mi.
—Doble ipa. —digo sin mas, y Franco se va por su lado.
Cuando vuelve con las cervezas, nos dispusimos a hablar y disfrutar un poco de la música. No toque el celular en gran parte del tiempo, y me concentre en hablar con mis dos hermanos. Fumamos, tomamos y boludeamos como solíamos hacer.
—¿Y Thomi?—pregunto confundida, ya que mi hermano menor no apareció, y por lo que sabía el si vino.
—No se, vino conmigo y después se fue por ahí.—me contesto mi hermano mayor, pasando su mano por su cabeza rapada.
—Debe de estar en caserío. —Enzo soltó una carcajada, empezando a empujarse en joda con Franco, el cual riendo siguió su juego.
—Son dos simios. —niego cansada, y le doy un trago a mi cerveza mirando a mi al rededor. En eso, mis ojos se chocan con cierto rubio que me miraba entre enojado y confundido.
