23

350 50 18
                                    

Unos días después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Unos días después...

Con Guido y los chicos ya volvimos a Argentina. No me alcanzan las palabras para describir lo bien que me hizo salirme de la rutina, escaparme un tiempito y poder descansar al lado de la persona que mas paz me daba.

Hoy tocaba la presentación del nuevo disco. Como nos gustaba hacer con mis hermanos, armamos una mini fiesta, en un bar, con amigos íntimos y algunos familiares. Por ser nuestro séptimo disco, queríamos festejar correctamente.

—¿Que tanto hace que no sale este pibe?—mire a Thomi que estaba al lado mío, y el solo levanto sus hombros sin saber que responderme.

—Ahí le mande mensaje. —me dice Franco, pero lo ignoro volviendo a tocar bocina mas fuerte.

Unos minutos después, Enzo sale de su casa con toda la paja del mundo, poniéndose los lentes de sol y sonriendo como bobo. A mi no me queda otra que suspirar pesadamente y rodar mis ojos, esperando que mi hermano entre al auto.

—¡Dale nene!—le grito apenas se sienta en el asiento trasero.

—¡Bueno che, tampoco vamos a abrir el bar!—una vez mas, vuelvo a ignorar y arranco el auto empezando el camino corto hasta el lugar.

Entre nosotros solo había silencio, nadie hablaba, pero de fondo y bajito, se escuchaba un poco de la música que reproducía mi celular. Como era de esperarse, no hablamos las cosas, por que no nos dio el tiempo; de mi parte, estaba todo bien, pero de cierta manera algo de dolor guardaba cada vez que las palabras de Franco resonaban en mi cabeza. El sé intento disculpar varias veces, y lo entendía, también se sentía mal.

Sin más, llegamos a la localidad, nos bajamos todos juntos y mientras caminábamos, iba acomodando mi pollera de cuero.

—Se te ve todo el orto con eso. —habla Enzo detrás de mi, pero sin verlo le muestro mi dedo de en medio.

—Se ve linda, déjala en paz. —mi hermano mayor, el rapado, Franquito intento defenderme, a lo que solamente le di una mirada.

—Un poquito en bolas...—murmura Thomi.

—Dejen de joder. —le dije únicamente, y abrí la puerta grande de vidrio que nos adentro al bar con estilo y ambiente rockero.

Apenas aparecimos en el radar de los invitados, no saludaron, y de fondo arrancó a sonar varias canciones nuestras.
Hable con algunos amigos, pero ya bastante agobiada, busqué con mi mirada a mi rubio y sus hermanos. Pero lamentablemente no los vi.

Rendida, camine hasta la barra, moví un poco mi cuello y espere pocos segundos para ser atendida por una chica, morocha y un poco mas chica que yo.

—Hola...una cerveza por favor, doble ipa. —le brindo una sonrisa, ella me corresponde el saludo y se va sin mas a buscar mi bebida.

Cicatrices || Guido Armido Sardelli Donde viven las historias. Descúbrelo ahora