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Con lagrimas en mis ojos, miraba fijamente el techo

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Con lagrimas en mis ojos, miraba fijamente el techo. Mi mente siempre me juega una mala pasada, mas de noche cuando todo esta en silencio y los pensamientos son como balas.

Ya paso una semana del Cosquin, y ahora venía dos fechas fuera del país, en Mexico. Diría que estoy contenta y con muchas ganas de tocar, pero es que a esta altura el cuerpo me pesa, y me es difícil de disfrutar lo que realmente me hace bien, que es la música.

Cuando estaba con Guido, todo era mas fácil y pesaba menos....me arrepiento tanto de haberlo dejado, de no contarle lo que paso, y que los dos lo superemos. Pero lo amo tanto, que preferí cargarme todo el peso yo en mi espalda para que a el no le doliera, no sufriera.

Mire la hora en mi reloj, eran las dos de la mañana, el insomnio era algo normal en mi. En eso, mi celular suena con varias notificaciones, y sin ganas lo agarre. Y cuando vi esos mensajes, mi cara se iluminó.
Enseguida, me puse unas crocs, un buzo de el y baje las escaleras de mi casa para abrir la puerta sin dudar.

Ahí estaba, con la capucha de su buzo puesta, apoyado en la pared con sus manos en los bolsillos del pantalón.

—Hola...- susurre después de un silencio entre los dos.

—¿Tanto te costaba alejarte?— sus ojos estaban cansados y sin brillos, lo que me termino de romper el alma.

—Perdón, trate de no cruzarte.— ladee mi cabeza, y al igual que el, me apoye en la pared de brazos cruzados.

—Rompiste la promesa...— miro unos segundos el suelo antes de volver a poner sus ojos marrones en los míos.

—Rompí varias, pero se me hizo imposible.—relamí mis labios, acercándome un poco mas a el.

—¿Tenes que aparecer justo cuando estoy bien y pude empezar de cero con otra persona?—algo enojado frunció su entrecejo.

Como no sabía que decir, que hacer o cómo actuar, solamente lo miraba a la cara, con mis ojos algo lagrimosos y un nudo inmenso en mi garganta.

—Si sabes que me moves el piso, si sabes que me volves loco, ¿por que mierda volves Mia?— cada palabra la decía con mas enojo.

—¿Y vos te pensas que para mi es fácil todo?-al igual que el, mi ceño se frunció.

—No se, vos me dejaste a mi.—escupió sin un poco de tacto.

Un silencio se volvió a formar entre los dos en donde solo nos mirábamos fijamente, el con su semblante serio y yo completamente rota y vulnerable.

—Era lo mejor...—sin verlo limpié una lagrima que se me escapó.

—No, no lo era.—negó decidido con su cabeza.

—No sabes lo que paso. —copie su gesto.

—¡Por que nunca me lo quisiste decir Mia!.— frustrado, paso una de sus manos por su cara.

En ese momento, mis ojos se fijaron en el piso, mientras mi mente iba a mil por hora pensando y luchando conmigo misma, tratando de ver si le decía o no la verdad.

—¿Queres...?- señale el interior de mi casa, pero el enseguida dijo que no.

—Lo único que quiero es que te vayas de mi vida, para siempre Mia.— me miro por ultima vez antes de darse media vuelta y empezar a caminar de forma rápida hasta su auto.

Yo en cambio, me quede ahí parada viendo como se iba. Y cuando desapareció de mi vida, me desmoroné, rompiendo en llanto a mas no poder. El corazón me dolía mucho, me costaba respirar y mantenerme de pie.
No me basto con una perdida, que tuve que tener dos.

Como pude, entre a mi casa, y me apoye contra la puerta mientras sacaba el celular de mi bolsillo. Con mis manos temblando marqué el número de Enzo, que al segundo tono contestó.

—¿Si?— su voz dormida sonó desde el otro lado.

—Vino a verme, y casi le cuento todo...—con fuerza cerré mis ojos, dejando caer varias lagrimas.

Una vez mas, se formaba ese silencio.

—¿Guido?— me pregunto en un susurro.

—Si...y estaba a nada de contarle pero no pude.—mordí mi labio con bronca.

Mia...tenes que decirle, merece saberlo.— su tono de voz era tranquilo.

—Ya se, pero no se como decírselo.— pase mi mano libre por mis mejillas.

Vos podes, yo se que podes...pero perde el miedo y enfréntalo.— hablo entre diente, de forma segura.

(...)

Respire profundo antes de marcar su número y poner mi celular en la oreja. Estaba por llamarlo minutos antes de abordar el avión.

1 tono...
2 tonos...
3 tonos...

—¿Hola?— contestó una voz femenina.

—Hola...—cerre mis ojos unos segundos arrepintiéndome de haberlo llamado.—¿esta Guido?

Justo se esta bañando...¿Quien habla?— tranquila contestó.

—Mia...una amiga, le podrías...—iba a hablar hasta que su voz interrumpió.

Mia...—ante su voz ronca, mi piel se erizo un poco.

—Me estoy por ir a Mexico...pero, ¿quería saber si cuando vuelva podemos hablar?—cerré mis ojos esperando una respuesta.

No, ayer te dije algo, respetalo.—y sin más terminó la llamada.

Frustrada, suspire pesadamente, moviendo mi cuello de lado a lado tratando de destensarme, pero era imposible. De apoco el sentimiento de angustia volvió, pero no me podía permitir llorar minutos antes de subirme a un avión.

—¡Vamos a comer tacos, quesadillas!—Thomi apareció de la nada, con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Si y después te tiras unos pedos que me los fumo yo!— Franco, copiando su tono de alegría, alzo sus manos moviéndolas, y no pide evitar reírme.

—Ni hablar de olor que deja en el baño.— acoto Enzo con su mirada fija en el celular.

—Bueno ya esta—los frene al ver la cara de Thomas.

—Vos lo decís por que tenes habitación sola- Franco chasqueó su lengua mirándome fijamente.

—Ustedes no cagan flores queridos...—me defendí haciendo reír a todos.

Era increíble como a veces me hacen olvidar de todo, y siempre me sacan una carcajada.

(...)

Algo cortito peeeerooo con suspenso, les gusta???? A mi si

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Algo cortito peeeerooo con suspenso, les gusta???? A mi si

Voten y comenten que siempre las leooo las amo ❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹

Cicatrices || Guido Armido Sardelli Donde viven las historias. Descúbrelo ahora