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—¡Vamos equipo, vengan acá!—grito Enzo con un silbato colgado y una chomba de river puesta

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—¡Vamos equipo, vengan acá!—grito Enzo con un silbato colgado y una chomba de river puesta.

Todas nos acercamos, y cuando estábamos en una ronda, me empecé a atar el pelo en una colita alta. Estábamos por jugar un torneo que se creo entre amigos y conocidos; Enzo nos dirigía a un grupo todas de mujeres, éramos el equipo rojo, donde a parte de estar yo, estaban Mar, Pri, varias amigas y conocidas.

—Ya saben sus posiciones, Mia te tengo confianza,sos buena, jugabas con nosotros. —apoya su mano en mi hombro, y me pasa por mi lado yéndose junto a Thomas que era el co-entrenador.

—¡En cinco empezamos! —grita Thomi, y aprovecho para pegarme un pique hasta los bancos donde estaban Guido, Joni, Franco, y Pato.

—¡Que frio que hace!—Joni tira un comentario al aire haciéndose el boludo, hasta que pone sus ojos en mi.—Ah cierto, es esa camiseta fea.

—Cerra el orto muerto. —le pego un corto en la cabeza, y voy hasta el rubio que me ve risueño.

—¿Lista para romperla?—pasa sus manos por mi cintura, mientras yo todavía parada, me acomodo mejor entre sus piernas para poder pasar mi mano por su cara acariciandola.

—Nací lista...—iba a besarlo, pero las chicas aparecieron algo apuradas, interrumpiendo el momento.

—Boluda, no sabes quien esta en el otro equipo. —Pri me mira algo molesta, con sus manos en su cintura.

—¿Quien?—la miro a las dos sin despegarme del rubio.

—Micaela. —Mar rueda sus ojos.

Mis cejas se alzan, y mis ojos enseguida se chocan con los marrones de Guido, que aguantaba con todas sus fuerzas su carcajada.

—A mira vos...—asentí viendo a mi alrededor hasta que di con la rubia.

—Mia...—con tomo de advertencia, Guido me llama ganándose mi atención.

—¿Que?, no voy a hacer nada. —bajo su mirada retadora, solté un risa nerviosa.

—Ojo con lo que haces...—me apuntó con su dedo riendo.

—¿Tanto la vas a defender?—ladee mi cabeza apoyando mis manos en mi cintura.

—No.—negó enseguida.—Pero no quiero que a vos te pase algo.

—¿Con esta?—me doy vuelta, la señalo y vuelvo al rubio. —Esta no me toca ni un pelo.

—¡Todas a la cancha que ya empieza!—grita Thomas.

—Pártanle la cara de un pelotazo—Joni aplaude efusivo y pega un grito.

—Suerte bombón...—Guido me da un beso corto en los labios, generando varios silbidos a nuestro alrededor. —Rómpela.— me guiña su ojo y  riendo, voy  para la cancha.

Cicatrices || Guido Armido Sardelli Donde viven las historias. Descúbrelo ahora