Capítulo 09: Helado

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El comedor de la base de la Liga de Villanos era pequeño, apenas suficiente para que los miembros se reunieran y compartieran alguna comida ocasional cuando no estaban en misiones

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El comedor de la base de la Liga de Villanos era pequeño, apenas suficiente para que los miembros se reunieran y compartieran alguna comida ocasional cuando no estaban en misiones. Shigaraki, sentado en una de las sillas viejas y desgastadas, miraba su plato de comida con su usual expresión seria, aunque había algo diferente hoy: tenía a Erina sentada en su regazo, como si fuera lo más normal del mundo.

La niña, con su cabello celeste desordenado y esos brillantes ojos rojos, se inclinaba hacia adelante, recogiendo pedacitos de comida del plato de Shigaraki con sus pequeñas manos. Shigaraki no la detenía; de hecho, la ayudaba a alcanzar los trozos más grandes. Ella mordisqueaba con entusiasmo, disfrutando cada bocado, mientras él comía lo que quedaba de su propio almuerzo.

El sonido de pasos acercándose les hizo levantar la vista. Kurogiri, siempre tan tranquilo y compuesto, apareció en la entrada del comedor con una bolsa en la mano. En cuanto se acercó, dejó la bolsa en la mesa y sacó un pequeño biberón lleno de jugo de naranja.

—Shigaraki, pensé que Erina podría disfrutar algo diferente —dijo Kurogiri, empujando el biberón hacia él.

Shigaraki arqueó una ceja, sin decir nada, pero tomó el biberón y se lo ofreció a Erina, quien lo recibió con una sonrisa radiante. Inmediatamente comenzó a beber con entusiasmo, como siempre lo hacía. Parecía que no importaba lo que fuera, Erina bebía todo con el mismo fervor.

—¿De dónde sacaste esto? —preguntó Shigaraki, sin mucho interés real, aunque sospechaba la respuesta.

Kurogiri inclinó la cabeza con una leve sonrisa oculta tras el vapor de su cuerpo.

—Dabi... "consiguió" un par de cosas de una tienda cercana. No nos vendrá mal un poco de jugo fresco —respondió en su tono neutral.

Shigaraki suspiró. Sabía que no era raro que Dabi se tomara la libertad de conseguir cosas "prestadas" de las tiendas locales, pero al menos esta vez, había sido algo útil para Erina.

La niña seguía bebiendo su jugo de naranja, totalmente ajena a la conversación entre los adultos. Sus pequeños pies colgaban del regazo de Shigaraki, balanceándose mientras se concentraba únicamente en su biberón.

Por un momento, el caos constante de la Liga de Villanos parecía lejano. Shigaraki, con Erina acurrucada contra él, alimentándose de la comida que compartían y disfrutando de su jugo, sintió una extraña calma. Era una escena casi doméstica, algo que nunca hubiera imaginado en su vida como villano.

Kurogiri se quedó observando la escena por un momento antes de excusarse y retirarse en silencio. A Shigaraki no le molestaba estar a solas con la niña. En todo caso, ya se estaba acostumbrando a su presencia constante, como si siempre hubiera estado ahí, siguiendo sus pasos.

Erina levantó la vista de su biberón y le ofreció una sonrisa a Shigaraki, con el jugo de naranja manchando ligeramente la comisura de sus labios.

—Está rico, papi —dijo con su voz dulce y suave.

𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐞𝐣𝐚 𝐕𝐮 || ˢʰᶤᵍᵃʳᵃᵏᶤ ᵗᵒᵐᵘʳᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora