Capítulo 12: Golpes

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En la sala común de la base de la Liga de Villanos, Erina estaba sentada en el suelo, rodeada de coloridos juguetes y muñecas

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En la sala común de la base de la Liga de Villanos, Erina estaba sentada en el suelo, rodeada de coloridos juguetes y muñecas. La pequeña reía mientras jugaba, su risa iluminando el ambiente sombrío que habitualmente envolvía a la base. Toga, que había decidido unirse a ella, se sentó a su lado, su energía contagiosa empujando a Erina a crear historias imaginativas.

—¡Mira, Erina! —exclamó Toga, sosteniendo una muñeca con un vestido brillante—. ¡Es una heroína! Puede volar y salvar a todos.

—¡Yo quiero ser una heroína también! —respondió Erina, entusiasmada, mientras levantaba un pequeño dinosaurio de juguete—. ¡Yo seré la heroína dinosaurio!

Dabi, que estaba apoyado en el marco de la puerta, observaba la escena con una mezcla de diversión y desdén. Se cruzó de brazos, una sonrisa burlona asomando en su rostro.

—¿Quién diría que en lugar de tener una niña en la base, tenemos dos? —bromeó, señalando a Toga y Erina con un gesto. La energía desenfrenada de las dos chicas lo hacía sentir como si hubiera retrocedido a una versión más molesta de su infancia.

—¡No soy una niña! —protestó Toga, aunque su tono era juguetón—. ¡Soy una heroína!

—Claro, una heroína loca —respondió Dabi, riendo entre dientes.

De repente, la puerta se abrió y Twice entró, luciendo emocionado como siempre, con una bolsa llena de más juguetes.

—¡Hola, chicos! ¿Qué están haciendo? —preguntó, su entusiasmo casi palpable.

—¡Jugamos a ser heroínas! —gritó Erina, saltando de alegría—. ¡Toga es la heroína y yo soy la heroína dinosaurio!

Twice se unió a ellas, y en cuestión de segundos, estaba lanzando juguetes al aire y creando una montaña de diversión. Dabi, al ver cómo la sala se llenaba de risas y gritos, se echó a reír.

—Me retracto. No tenemos solo dos niños en la base; tenemos tres —declaró, mirando a Twice mientras este se deslizaba en el suelo, haciendo acrobacias ridículas que hicieron reír a las niñas.

—¡Eso es genial! —exclamó Twice, girando mientras intentaba hacer una pirueta con un peluche en cada mano—. ¡Soy el mejor héroe de todos!

Dabi se dejó caer en el sofá, observando a la pandilla de niños disfrutar. A pesar de que la situación era un poco caótica, no pudo evitar sentir que había algo especial en esos momentos. Era un alivio en medio de la oscuridad en la que a menudo se encontraban.

—Vaya, parece que tengo que cuidarlos a todos —murmuró Dabi, sintiendo que su papel de villano se desdibujaba un poco más con cada risa infantil que llenaba la sala.

La tarde continuó con gritos de emoción y carreras, mientras la pequeña Erina, junto a Toga y Twice, llenaban la base de villanos de risas, transformando aquel lugar de sombras en un pequeño refugio de alegría.

𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐞𝐣𝐚 𝐕𝐮 || ˢʰᶤᵍᵃʳᵃᵏᶤ ᵗᵒᵐᵘʳᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora