Capítulo 32.

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POV Anna.

Por un segundo me arrepentí de haberme involucrado en esto, en permitir que Jack hiciera justo lo que había echo hace unos segundos.
Elsa detestaba que sea el centro de atención, ¿y qué pasaba ahora? Estaba siendo el centro de atención.
Ninguna voz se escuchaba, y todos tenían la mirada puesta en mi hermana.

-Yo... -Carraspeó cuando su voz se escuchó entrecortada-. Yo... -Nos miró a todos alrededor-. Tengo que pensarlo...

Se giró sin repuesta alguna, y salió corriendo. Jack nos miró, o más bien me miró a mi preguntándome con la mirada si debía de seguirla. Yo negué levemente con la cabeza, y en sólo cuestión de segundos lo tenía a mi lado.

-Por favor Jack... si vas a seguirla piensa primero en lo que dirás.

-¿Puedo ir?

En sus ojos bailaba la confusión que sentía cuando escuchó mis últimas palabras. Afirmé con la cabeza cuando él desaparecía por entre la multitud.

-Esto es demasiado drama -dijo Andrew tratando de alegrar el ambiente.

-¿Por qué a ella? -preguntó Ester notablemente irritada-. ¡Podría haberme elegido a mí!

Mérida no pudo contener la ira que sentía al escuchar los comentarios totalmente estúpidos de la rubia y le dio una cachetada, dejándole la mejilla roja.

-¡Él no te quiere! Ahora sí me disculpas, ¿podrías callarte?

-Esa es la Mérida que conozco -susurró Amdrew.

Todos guardamos silencio... pero los chicos, Rapunzel y yo guardábamos una sonrisa dibujada en nuestro rostro.

POV Elsa.

Mis zapatos resonaban por los pasillos, la sangra palpitaba en mi sien y el aire causado por estar corriendo me golpeaba el rostro. ¿Cómo es que lo había echo enfrente de todos?
Escuché pasos más rápidos detrás de mí y eso me motivó a seguir corriendo mucho más rápido.

-¡Elsa! ¡Detente! -El jadeo de Jack se escuchó a pocos pasos de mí, sobresaltándome.

Yo hice caso omiso a sus palabras y seguí corriendo. Cerré los ojos cuando sentí un par de manos en mi cintura... me había alcanzado.

-Elsa -susurró notablemente cansado-. ¿Por qué te fuiste?

-¿Por qué? -Mi voz sonó tan fuerte e irónicamente, como quería-. ¡Todo fue tan rápido! ¡Tú diciendo lo que sientes por mí, todos viéndome!

-¿Algún problema? Yo quiero que todos se enteren que sólo te quiero a ti.

Esas palabras me dejaron un momento sin palabras.

-Esto está mal...

-¿Por qué?

-¡Por qué no estoy preparada! No estoy preparada para iniciar una relación, no estoy preparada para divisar a alguien enamorado de mí...

Apreté los labios en una fina línea y Jack me miró atentamente a los ojos.

-¿Por qué razón no estás preparada? Eso es estúpido.

-Sorprendentemente soy insegura. -Enredé mi cabello entre mis dedos-. Por qué siento que cada hombre que se acerque a mí me tendrá ilusionada rodeada de promesas y cuando se aburra de mí sólo me tire por un pozo donde jamás me recordará. Oh... eso sonaba mejor en mi cabeza.

Todas esas palabras salieron de mi boca sin control, miré hacia el suelo admirando los mosaicos que se encontraban en él, sintiendo que mis mejillas se teñían de un color carmesí.
Los dedos de Jack me agarraron se la barbilla obligándome a mirarlo.
Aquellos ojos azules tenían un brillo característico.
Apretó los labios y después me rodeó los hombros con sus brazos.
Me inundé entre su aroma.

-Tienes una muy mala experiencia con eso... Elsa -susurró apartándome de él para mirarme a los ojos-. Sólo dame una oportunidad y te demostraré que todas esas ideas que tienen son erróneas... sólo una oportunidad.

Nos miramos fijamente a los ojos, mi mente procesaba el último momento muy rápido y sólo se repetían sus últimas palabras en mi mente.
¿Una oportunidad?
Él aun así me tenia agarrada de los hombros y yo no hice más que respirar profundo y tocar aquellos labios que me habían estado gritando que los besara por mucho tiempo.
Creo que le tomo por sorpresa que lo besara, ya que por unos segundos estuvo quieto, pero después sonrió sobre mis labios y me regresó el beso con mayor intensidad que antes, sus manos se dirigieron hacia mi cintura y yo enredé mis manos en su cabello.
Lo siguiente que sentí fue el casillero detrás de mí. Estaba encerrada entre Jack y alguno de los casilleros. No era un beso apasionado, no era un beso necesitado. Estaba cubierto total te de ternura, sabiendo que ambos lo estábamos disfrutando.

Escuché algunos aplausos y risas detrás de nosotros. Era obvio que pertenecían a mis amigos.

-Chicos paren... -Se escuchó decir irónicamente a Andrew.

-Está bien que ya sean novios. Pero...

-¡Se van a dar duro contra los casilleros y nadie quiere ser testigo de ello! -gritó Hiccup.

-Estoy sintiendo lástima de los dueños de esos casilleros. -Escuché el susurro de Rapunzel y Jack se apartó de mí.

Miré sus labios, estaban rojos e hinchados, pero mi mirada se entretuvo en sus ojos, que se mostraban alegres, como si no le faltara nada más, como si fuera un niño al que le acabaran de regalar un dulce.

-¡Vámonos! Aún tenemos que revisar a los bebés.

Jack se acercó a Eugene y le dio unas leves palmadas en la espalda.

-Eres lento.

-¡Yo no soy lento! -Trató de defenderse.

-Claro, tortugene.

-Que no soy lento -repitió rodando los ojos-. Y tú no digas nada Hiccup, que estás igual que yo.

-Claro.

Hiccup le guiñó un ojo al castaño y abrazo a Mérida por la espalda, causando que ella lo apartara de un manotazo y nosotros riéramos.
Pero... ¿Dónde estaba Ester?

Amor por el Proyecto. (Jelsa, Kristanna, Mericcup, Eugenzel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora