Capítulo 35.

6K 549 109
                                    

POV Mérida.

Y es ahora cuando más le tengo miedo a Ester, parecía que en verdad me quería matar lenta y dolorosamente y lo sabía, lo sabía por la forma en la que me miraba. Las llamas de odio que sentía hacia mí bailaban en sus ojos. Pero yo no podía sostenerle la mirada por más de cinco segundos. Mi mirada automáticamente se dirigía hacia su inexistente ceja y eso me atraía ganas de reírme hasta la muerte. Los chicos se encontraban viendo los vídeos que habían tomado. No era mi culpa que ella se metiera con dos de mis mejores amigos y dos de mis mejores amigas. En la noche había escuchado llorar a Rapunzel y eso hizo que una pizca más de odio y venganza hacia Ester se hiciera más grande. Claro, aunque mi novio no aceptaba lo que había echo, sabía que cada vez que miraba a la rubia se quería reír y felicitarme.

-¿Por qué lo hiciste? -Hiccup me tomó por los hombros con delicadeza y me miró con ternura.

¿Tan rápido íbamos a cambiar?

-Primeramente hizo llorar a una de mis mejores amigas. ¡Por que se metió con Eugene!

-Ahora los chicos y yo nos encargamos de él, pero no tenías que hacer eso. -Se rió.

-No puedes evitar no decir que fue divertido -una sonrisa de lado se dibujo en mi rostro cuando lo golpeaba levemente en la mejilla-. No te rías de mí.

Él volteo a ver a Ester que ya hacía sentada en la cama mientras Eugene la revisaba aguantando la risa. Pero aún así el odio hacia él empezaba a crecer.

-No lo niego, me da un poco de diversión verla.

-¿Un poco? -Tomé su rostro entre mis manos obligándolo a verme a los ojos.

-Bien, cada vez que la veo me sale la carcajada. -Él se acerco y unió nuestros labios.

Mis amigas habían procesado lentamente el que ya éramos novios, ya que para ellas, yo moriría virgen con la casa llena de gatos por mi agresividad. Ahora tenían en un pedestal a Hiccup por ser la quinta persona en soportarme todo el día.

-Soy una genia.

-Sólo eres mi genia.

-Dejen de ser tan románticos. -Escuchamos la voz de Kristoff y después se acercó para darle unas palmadas a Hiccup en la espalda-. Nos tenemos que encargar de un idiota. -Señaló a Eugene y nosotros nos reímos.

-Claro. -Me guiñó un ojo-. Ve preparando una caja dónde podamos echar un cadáver.

-Ya la tenemos -le dije antes de que me besara por última vez, y Kristoff rodara los ojos. Hiccup y Jack se llevaron al castaño casi a rastras.

POV Hiccup.

-Sienta. -Jack señaló una silla para que Eugene se sentara.

-No soy un niño -gruñó y nosotros rodamos los ojos.

-Pues te estás comportando como uno.

-¿Qué quieren?

-Eres un tremendo idiota.

-¿Y ahora qué hice?

-¿Y te atreves a preguntarlo?

-El problema es que tienes a una chica muy linda llorando por ti afuera.

-¿Sabes? Rapunzel no se merece lo que le estás haciendo. Ella es mil veces mejor que Ester, sin dudarlo.

-¿Y tú le haces eso? Eres muy poco hombre.

-¡Claro que Rapunzel no sufre por mí! -gritó silenciando los a todos. ¿Qué estaba diciendo?

-Es claro que sufriría por ti.

-¿Por qué lo haría? -preguntó con ironía.

Nosotros nos vimos y yo suspiré lentamente. ¿Es qué acaso estaba ciego?

-¿Tal vez por qué está enamorada de ti? No sé.

Él abrió los ojos y yo me di un fuerte golpe mentalmente.

-Es claro que no...

-¿Estás ciego? -preguntó Kristoff con ironía-. Le gustas demasiado, y ahora llora por tu culpa y la de Ester.

Eugene se pasó las manos por el cabello y después escondió su cabeza entre sus piernas.

-Soy un idiota... ¿verdad?

-¿Apenas te has dado cuenta?

Nosotros nos miramos con ironía, estábamos a punto de tirarle la silla en el rostro.

-No, sólo eres un tanto... lento.

-¿Por qué lo hiciste?

Él levantó la mirada viéndonos con confusión.

-¿Por qué le seguías el juego a Ester? -dijo Jack, como si el castaño fuera un niño y no entendiera lo que le estábamos diciendo.

-No sé... -Se quedó unos segundos en silencio, suspiró y volvió a hablar-. Pensé que no era nadie para la vida de Rapunzel, ya que muchas veces me rechazaba, así que me estaba obligando a tratar de olvidarla y llegó Ester... todo fue más fácil.

De reojo pude ver a Mérida en la puerta frunciendo los labios.
Le hice una seña para que de quedara en su lugar y ella asintió.

-Tan fácil como ella.

-Hiccup...

-¿Sí Kristoff?

-Idiota... -susurró Jack, diciéndolo para Eugene.

-¡Ya aprendí de mis errores! ¿está bien?

-Bien, ahora tenemos que echarla de la casa y caso resuelto.

Frotó sus manos y nosotros sonreímos... excepto el castaño.

-No.

-¿Qué?

Su expresión se desfiguró y después la nuestra se volvió igual. ¿Por qué no? Era un plan excelente.

-No tenemos que tratarla mal... podemos descubrir por que es así... tal vez cambiemos su imagen de zorra permanente.

-¿Quieres ser amable? Estás loco.

-Después de todo lo que ha echo.

-Todos merecen segundas oportunidades. A pesar de lo que hizo... ¿por qué no ella?

Nosotros suspiramos y después nos vimos.

-Bien... pero si todo sale mal, tú y ella se van de la casa.

-Al final tengo mi casa...

-¿No recuerdan lo que prometimos de niños? Ninguna chica nos separaría.

-Y ahora Ester está haciendo lo mismo.

-¡Lo están haciendo!

-¡Bien! -El grito de mi novia se hizo presente en toda la cocina haciendo que giraramos a ella-. ¿Saben? Parecen chicas. -Sonrió cruzándose de brazos-. Ella de puede quedar, pero a la primera que empiece como perra en celo... se irá.

Nosotros asentimos dando por terminada nuestra charla.

Amor por el Proyecto. (Jelsa, Kristanna, Mericcup, Eugenzel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora