Capítulo 23.

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POV Elsa.

Me desperté en la oscuridad, sólo veía la luz de la luna reflejada en la ventana.
Estaba en una cama, me senté rápidamente ¿qué había pasado? La puerta se abrió y por eso pude ver las figuras de mis amigas que perdieron la luz.

-¡Hola! -Me saludó mi hermana acercándose a mi cama.

-¿Qué paso?

-Fácil y sencillo, te creíste asesina, le aventaste una cuchara a Jack la cual le abrió la frente y te desmayaste -respondió Mérida rápidamente.

-¡Asesina! -Exclamó Rapunzel con diversión, causando que yo rodará los ojos.

-Hay que tener cuidado con ella. -Mi hermana les advirtió.

-Déjenme. Él se lo busco -traté de defenderme.

-Ahora tiene una costra en su frente y tal vez tendrá una cicatriz.

-¡Por tu culpa! -Volvió a exclamar Rapunzel, levantó los brazos exageradamente y yo puse los ojos en blanco.

Agarre un cojín y se lo aventé.

-¡Exagerada! ¿Dónde están los chicos?

-Cada uno durmiendo en sus respectivas habitaciones, excepto Jack. Él esta dormido en en sillón de la sala, tiene miedo dormir contigo.

-Perfecto, así no tendré que dormir con él. -Esbocé las mejores de mis sonrisas mientras esas palabras salían de mis labios.

-Pero tú quieres dormir con él -dijo Mérida.

-No... yo tengo novio.

Ellas me miraron y después se miraron entre ellas para segundos después explotar en carcajadas.

-Lo que digas -dijo la pelirroja cuándo se secó algunas lágrimas que se le habían escapado por la risa.

-¡Sí tengo novio y se llama...! -Me detuve un momento para pensar un nombre genial-. ¿Suky?

-¿Existe el nombre Suky? Parece un nombre que le pondrías a un perro.

-Si ella dice que sí, pues sí.

-Cállense -dije divertida levantándome de la cama llevándolas a todas a la puerta-. Que tengan buenas noches -dije y después cerré a la puerta con seguro y volví a brincar en la cama.

POV Rapuzel.

Yo estaba sumida en un sueño realmente placentero, tan dormida en mi hermosa cama. Pero desgraciadamente, aquella paz que poseía no podía durar para siempre.

-¡Despierta amiga de la asesina!

-¿Ya es de mañana? -Conseguí murmurar.

-Ya, despierta.

-Ya estoy despierta -susurré.

-Levántate -dijo Eugene en modo de orden.

-No.

Sentí unos brazos rodeándome , después me levantaron de la cama, abrí los ojos y Eugene tenía una sonrisa en la cara cuándo yo empezaba a patalear.

-¡Bájame, idiota!

-Si me besas. -Se encogió de hombros.

-¡No! -Negué con la cabeza varías veces, transformando mis labios en una mueca de asco.

-Entonces no te bajaré -sentenció.

-¡Elsa! ¡Anna! ¡Mérida! -Empecé a gritarle a mis amigas que al poco tiempo aparecieron con la boca llena de comida.

-¿Qué pasa?

-¡Díganle qué me baje! -Agudicé la voz, causando que una brotara de su garganta, y claro, aún seguía pataleando.

-Bájala.

-¿Y sí no quiero? -La retó.

-Bueno... -Elsa sonrió inocentemente-. Puedes correr la misma suerte que Jack.

-Está bien, asesina.

Al decir eso me bajó con un resoplido y yo corrí hacia mi salvadora.

-Ahora cámbiate -ordenó Mérida antes de darse la vuelta junto a las dos chica que la acompañaban.

Las tres salieron disparadas hacia la cocina para poder seguir comiendo.
Yo miré la puerta del baño y a Eugene , sin perder tiempo salí corriendo hacia baño y le cerré la puerta en la nariz cuándo noté que me trataba de alcanzar.
Al fin sana y salva.

***

-Jack, no corras, no te hará nada -dijo Hiccup notablemente cansado.

Nos encontrábamos caminando hacia la escuela ya que hacía un lindo día y decidimos ir caminando, pero el muy hombre de Jack corría cada vez que Elsa se le acercaba.

-¡Sí me puede hacer algo! Puede sacar la cuchara asesina y me la puede aventar en la frente.

-Ya te lo he dicho, fue un accidente. -La platinada rodó los ojos, también agotada del comportamiento del peliblanco.

-Sí, ajá. Eso se lo puedes explicar a mi frente.

-Frente de Jack, lo siento, no fue mi intención arruinarte la vida -dijo ella demasiado sarcástica.

Mérida resopló y le entrego el bebé a Hiccup, camino hacia Elsa le agarro de las muñecas y después camino hacia Jack también agarrándolo de las muñecas.

-Parecen niños pequeños, ¿saben? -Negó con la cabeza para segundos después continuar-. Jack, acepta sus disculpas.

-Le tengo miedo.

-¡Ya niño bonito!

-Ya, acepta sus disculpas y compórtate cómo siempre.

-Bien. -Suspiró mirando mal a la platinada-. Acepto tus disculpas.

-Bien. -Sonrió enseñando todos sus dientes.

-Perfecto, ahora tómense de las manos y caminen así hasta la escuela.

-Pero... -Empezó a replicar Elsa, que notablemente estaba divertida con la situación.

-Ya.

Ellos se agarraron de las manos y después se soltaron. Mérida se giró de nuevo hacia su lugar, murmurando algunas palabras por lo bajo que me fueron difíciles de entender.

-Bien, ahora caminemos felices a la escuela.

Todos guardamos silencio, siguiendo caminando.
¿Cómo es que Hiccup puede soportar a Mérida?

:-) :-( :-$ :-( :-) :-( :-$ :-( :-$ B-)
¡Hellow! Espero que les haya gustado y lo siento sí es corto.

Amor por el Proyecto. (Jelsa, Kristanna, Mericcup, Eugenzel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora