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BESOS DE MIEL

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BESOS DE MIEL

Iris sentía el aire en su rostro junto con las gotas que igualmente caían en su rostro y piel, le era inevitable no cerrar los ojos.

Intentaba moverse pero no podía, quería ver a Leo, y cuando estaba apunto de tocar el suelo cayó desmayada.

Los dos adolescentes cayeron en una especie de bote de madera, dentro de este se encontraba una niña cantando, que salió disparada al piso del bote, el grito de Leo resonó hasta que cayó igualmente inconsciente.

La niña se levantó asustada y vio a los dos adolescentes, quienes estaban inconscientes, levanto la mirada al escuchar unos gritos en el aire viendo como el globo iba descontrolado hacia otra parte.

—primeros auxilios—se dijo así sola la niña—¿Hay pero como me enseñaron en la escuela?—se dio la vuelta y se rasco la cabeza.

Leo abrió lentamente los ojos junto con un pequeño gruñido, con mucho cuidado se estaba levantando del bote y vio a la chica a su lado, completamente desmayada, cuando la niña se dio la vuelta le dio un golpe a Leo, ocasionando que nuevamente vaya al piso.

—checar signos vitales—le abrió los ojos al castaño, le pico la nariz al igual que los oídos—sacarle el agua—se aventó sobre este, haciéndole que se le vaya el aire por unos momentos y la carta del padre Tello voló, haciendo que la niña la tome.

Era una niña chaparrita, con unos grandes ojos y una nariz pequeña, su piel era algo morena y su cabello era sumamente oscuro, casi morado.

Mientras leía la carta hizo una expresión de sorpresa, para seguir leyendo y nuevamente uns expresión de sorpresa.

—es la firma del padre Tello. Tu eres Leo San Juan—tomo al chico del cabello haciendo que suelte otro gruñido, este se levantó del piso, pero se encontraba desorientado—y ella es Iris Villanueva, ustedes van a salvar a mi hermano—se volteó rápidamente en busca de algo y saco el remo, pero al voltearse golpeó nuevamente al castaño.

Leo cayó directamente al agua fría, salio rápidamente de ahí y cuando estaba apunto de decir algo (ya enfadado) la niña se regresa y lo golpea con el bote, haciendo que caiga inconsciente por segunda vez.



























El castaño estaba despertando y eso lo noto la mujer que se encontraba en la habitación. Leo comenzó primero a mover los dedos de sus manos, y después empezó a abrir los ojos, pero los tenis que cerrar al no estar acostumbrado a la luz.

—¿Mamá?—preguntó con una voz más ronca de lo normal, vio a la mujer, la cual traía una charola con comida y un vaso con algún líquido.

𝐁𝐄𝐒𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐌𝐈𝐄𝐋      | Leo San Juan ˡᵃˢ ˡᵉʸᵉᶰᵈᵃˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora