Río Vidal terminó de desayunar con Agatha
―Este desayuno es perfecto —Comentó Rio.
―Deberíamos aumentarle la mesada a nuestro hijo.A Agatha se le escapó una pequeña sonrisa
Pasó su pie descalzo por la fina bata de seda de Vidal. Río pensaba que Agatha era toda una traviesa. Siguió comiendo sin apartar la mirada de ella. Debía reponer un poco de energía antes del segundo round.
Los ojos de ambas brillaban con complicidad. Ambas disfrutaban de una conexión especial, un vínculo que se había ido fortaleciendo con cada encuentro.
―¿Qué planes tienes para hoy? —preguntó Agatha, mientras pasaba un trozo de fruta a su plato.
Río se encogió de hombros, buscando en su mente alguna aventura que pudieran compartir.
―Quizás podríamos dar un paseo por el parque. El clima está perfecto.Agatha asintió, pero había algo más en su mirada. ―O podríamos quedarnos aquí un rato más y disfrutar de este momento. A veces, lo simple es lo mejor.
Río sintió que el corazón le latía más rápido.
―Tienes razón. Quizás debamos tomar una ducha. O prender una velas y estar en la tina. Puedo tallar tu espalda. – Ofreció RíoEsa idea de la ducha no era tan mala. Entre risas y miradas cómplices Agatha asintió.
―Prepararé la tina. – Río sonrió alegre y Agatha pudo notarlo. Se amaban profundamente. ―No tardes mucho o empezaré sin ti. -Exclamó Agatha
Mientras terminaba de comer, Río no pudo evitar pensar que este desayuno era solo el comienzo de algo más grande, un capítulo nuevo que apenas comenzaba a escribirse entre ellas.
Entró a la habitación del baño sigilosa. La bata de Agatha estaba colgada en un perchero. Sus pies y la mitad de su cuerpo estaban enmedio del agua. La presión de la tina era demasiado buena. Se había llenado tan rápido.
Agatha le dio un pequeño salpicón de agua a Río en la cara. La muerte se limpio el rostro.
―Sabes no voy a dejar que eso me arruine el día.
―Es solo agua Rio.
La joven mujer se desabrochó la bata lentamente y causando expectación.
―Antes de que entre contigo al agua. Quiero que supliques.
Agatha rodó los ojos
―No estamos en negociaciones
―Vamos, me gusta ser un poco indispensable. -Suplicó.
―Rio. ¿Podrías poner ese lindo trasero en el agua? . -Satisfecha Rio entró y se recargó en la tina.
Regó pequeños besos en el cuello descubierto de Agatha.
―Eres maravillosa susurró en un pequeño ronroneo en su oido.Agatha masajeaba las piernas de Río y colocaba algo de jabón en ellas.
Río la tomó del vientre atrayendola un poco más si es que era posible. Agatha sólo estaba existiendo, pero Rio parecía gozarlo plenamente. La joven mujer se dejó querer unos momentos. A veces Agatha olvidaba que Rio siempre quedaba con algo de tierra en las uñas o el cabello. Besó los dedos de Río
―¿Recuerdas la flor que me ofreciste cuando te uniste al sendero?. Debí conservarla
Con algo de magia Rio apareció otra de esas flores silvestres y la colocó en el cabello de Agatha.
―Te habría obsequiado un millón de rosas con tal de verte sonreír. Solo no quise avergonzarte frente a tus amigas. El pequeño hizo bien en revivirlas. Teen también había completado todas las pruebas del sendero, había llegado por sus propios medios antes que ellas y Rio era muy consciente de ello.
―Es un buen muchacho. Tal vez debamos presentarlo a Nicholas.
Río besó dulcemente a Agatha. La tomó de la barbilla y siguio besandola lentamente. Luego comenzó a bañarla antes de que el agua terminara por enfriarse. Pensaba que ya tendrían tiempo para explorar sus cuerpos y darles placer muchas otras veces.
Agatha quiso hacer lo mismo con Rio, pero esta se negó alegando que no era una niña pequeña.
―Lo hago porque así puedo sentir tu maravillosa anatomía. - Susurró la bruja al tiempo que esparcia un poco de jabón en la espalda de Vidal. Además yo no soy la única que debe ser complacida hoy.
Con su magia prendió velas y puso algo de música y siguió bajando su mano hasta llegar a aquella zona íntima y erogena tan oculta de Vidal
Río sintió sus dedos expertos recorrer su zona.
―Ahh. – dobló los dedos de los pies hacia si misma en un intento de no decir más
―No seas tímida mi amor. Sabes que amo tus palabras.
―Aa.. ¡Agatha! .- Siguió moviendo su mano mientras le besaba los pechos. Restos de saliva que parecía quemar recorría a Rio. La mujer estaba hirviendo en aquella tina. En el buen sentido.
Agatha tiró de su pezón izquierdo con los dientes y con magia la llevó a la habitación en donde puso un pequeño domo que neutralizaba el ruido.
Agatha se sentó a horcajadas sobre ella. Estaban mojadas y calientes.
Río se tomó unos segundos para comtemplarla, sus ojos estaban oscuros y agrandados. No entendía como una mujer tan mayor la hacia sentir que su corazón aún tenía vida.
―Muévete más rapido. – Suplicó mientras la tomaba de la espalda baja. Agatha arqueó la espalda y Río dio un pequeño grito cuando sentía que estaba en la cima.
Todo su cuerpo tembló bajo Agatha.
―Ese culo tuyo me fascina. -Susurró Rio antes de darle una nalgada.
Agatha se acostó junto a ella estaba cansada y exhausta. Rio recargó la cabeza en el pecho de Agatha.
―Ha sido un día largo, perdón que no pueda seguirte el ritmo. - Dijo. Harkness y luego notó que Rio se había dormido primero.

ESTÁS LEYENDO
Reinicio
FanfictionAgatha Harkness y Rio Vidal superan el sendero de las brujas y tienen un reinicio agradable. ¡Las segundas oportunidades existen!