Pasaron un par de semanas y Agatha comenzó a sentirse enferma. Sentía que parte de su energía se desviaba lo cual era raro porque conservaba toda su magia.
Río estaba preocupada y no encontraba explicación.
―Te llevaré al mejor doctor de este tonto pueblo al mejor de todo el mundo si es necesario con tal de que estés bien.
―Río estaré bien mañana.- Forzó una sonrisa y apretó la mano de la pelinegra.
Agatha sabía lo que pasaba. Su repentino malestar duraría unos cuantos meses. Una bruja nota aquellos cambios al instante. Sus pechos crecieron y su apetito aumentó. Le sorprendía la inocencia de Rio.
Río se quedó observándola toda la noche. Estaba realmente preocupada. Agatha le dio un beso en los labios y se armó de valor.
―Río, ¿sabes que cuando dos seres mágicos se aman mucho y hay chispas, rayos y corriente eléctrica de por medio pueden crear vida?
Río asintió.
―Claro que lo sé. Viene en el libro de magia básica 1. Incluso Teen lo sabe.―Bueno ¿sabes que esta se manifiesta después de 3 semanas y deben haber fuertes sentimientos involucrados?
―Ajá y eso que tiene que ver con tu? … -Se quedó sin palabras y se llevó una mano a la boca al conectar los puntos. ―¡Oh! Tendremos un pequeño heredero que lindo o heredera. -Sonrió. ―Es mi primer bebé. - dijo un poco nerviosa. Es algo raro la muerte no puede crear vida.
―Tienes poderes mágicos y mucho amor hacia mi claro que puedes lograrlo.
―Nuestro bebé tal vez sea diferente puede tener poderes o ser siniestro.- Comentó Río un poco horrorizada.
―Confío en que será un buen muchacho.
Río asintió y decidió seguir con el transcurso del embarazo de su mujer.
Elena no era un bebé común; su risa podía hacer florecer las flores, y sus lágrimas tenían el poder de curar heridas. Era de cabellos negros y largos como Río. Lucía como una humana normal y amaba mucho a Agatha.
Río experimentaba criar a un pequeño por primera vez. A veces tenía días malos, pero muchos otros estaba satisfecha con el curso de su vida. Seguía recolectando cuerpos y acompañando almas, pero en sus ratos libres recargaba energías a lado de su maravillosa familia. No podía librarse de quien era, pero podía sobre llevarlo de una manera agradable.
―Mami. – La pequeña de 6 años cargaba a su conejito. ― Scratchy no quiere comer. – Río tragó saliva Señor Scratchy era demasiado viejo y enfermo.
―Lo siento mucho bonita.
―¿Puedes curarlo?. – La pequeña de 6 años estaba esperanzada.
―Scratchy tomará una siesta larga y tal vez en un lugar muy lejano para que no lo molesten
Agatha llegó al comedor
Sabía que la mascota de la familia moriría pronto. Río se sentía extremadamente culpable. No quería llevarse a la amada mascota de su hija
―Querida dale un beso y deja que tu otra madre lo acompañe a dormir. – Dijo Agatha con voz dulce.
La pequeña asintió y sin esperarlo curó el malestar del conejo. Sus ojos reflejaban más vida y comenzó a saltar con fuerza. La pequeña le ofreció una zanahoria y este comenzó a comer
―Ese poder es nuevo. – Dijo Río asombrada.
Agatha le dio un beso en la mejilla a su pequeña
―Scratchy te lo agradece. -Dijo Agatha y la niña subio a su habitación a jugar con él
A Río comenzaba a preocuparle la reacción de otras personas ante los poderes de su hija.
―La enseñaremos a ser más discreta. Es una buena niña no hay por qué temer. -Dijo Agatha.
―Lo sé es solo que no quiero que nadie le haga daño. – Dijo Rio.
―Nadie lastimará a nuestra pequeña Teen y yo la educaremos bien.
Río soltó una sonrisa.
―Si. Su tío Teen y su hermano Nicholas la acompañarán hasta que tenga 21. Eso me alivia un poco.
―Ellos la adoran igual que nosotras. Estará bien
―No quiero que ningún pequeño estúpido le diga que es rara en la escuela. -Expresó Rio.
―Tal vez debamos considerar educarla en casa.―Debe aprender a convivir con otros. No puede quedarse en casa. No puedes encerrarla en una pequeña burbuja.
Río llevó las manos a la cadera molesta.
―Entonces encuentra una escuela de jóvenes brujas para ella.
Agatha nunca lo había considerado, pero Río tenía razón no podían educarla como a cualquier humano normal.

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Reinicio
Fiksi PenggemarAgatha Harkness y Rio Vidal superan el sendero de las brujas y tienen un reinicio agradable. ¡Las segundas oportunidades existen!