Reinicio

Como la primera vez.

Río y Agatha estaban en la habitación de la bruja. Nicholas  se había marchado con unos amigos y dormiría fuera, pero ellas estaban solas.

Río se pegó a Agatha en un intento arriesgado y poco sutil de tener intimidad. Tenía demasiada energía y deseaba sacarla un poco.

Se acercó a sus labios en un beso hambriento y necesitado. Agatha se hizo hacia atrás solo estaba la pared y el cuerpo de Vidal entre ella.

―¿Quieres?. - Susurró Río sin encontrar las palabras correctas.. Nunca había sido tímida, pero había pasado bastante tiempo desde aquello

Agatha se dejó guiar hasta la cama  mientras Río desabrochaba  la ropa de la bruja. Rio hacía movimientos torpes. Estaba un poco fuera de práctica, pero tenía iniciativa.

Se había enamorado de aquellos infinitos ojos azules, la sensual voz y la personalidad de Agatha.

―Quiero que sepas que llevó guardandome para ti un tiempo. – Soltó derrepente frente a los labios de la bruja. Agatha sonrió. Ella también llevaba un tiempo siendo pura.

―Será como la primera vez de ambas. -Dijo antes de besarla con avidez y envolverla en sus piernas. Con un poco de su magia despareció la ropa y la tuvo desnuda frente a ella. Río era demasiado sensual. ¿Quién pensaría que la muerte es seductora?
Sin duda lo era. Tenía un porte elegante, cintura diminuta, ojos profundos y unas manos largas y finas. Era el complemento perfecto para formar a una mujer.

Finalmente Río tomó el control y se posicionó sobre Agatha en la cama. Comenzó a frotarse contra ella. Agatha sostenía la espalda baja de Vidal. Luego la chica le introdujo un dedo para ver si estaba bien lubricada. Movió los dedos velozmente tan ágilmente que Agatha había olvidado su nombre y se enfocaba en las sensaciones.

Finalmente Río introdujo su lengua de golpe en la bruja. Rozando sus pliegues con los dientes cuando Agatha estaba a punto de correrse Río la miró a los ojos satisfecha de su pequeño logro.

Un “Te amo” Sorpresivo salió de la boca de Agatha y Río volvió a acurrucarse en sus brazos. Donde escuchaba tan fuerte el latido del corazón tan afortunado de la bruja. Ese corazón que tenía una segunda oportunidad de experimentar la vida y el amor de otra manera.