~ ᴄᴏᴍᴘʟɪᴍᴇɴᴛs ~

40

Todo era un caos, en cuanto Jay llegó a su Oficina recibió miles y miles de noticias que habían sucedido en el transcurso de un solo día.

– Señor, Kang acaba de romper el contrato. – dijo uno se sus empleados.

– Yo me encargó después – ignoro al muchacho.

– Pero no lo entiende, el se enteró de todo el trabajo que hicimos a sus espaldas – el chico seguía insistiendo.

– Tengo asuntos más importantes señor Choi.

Debía asegurarse de que Sunoo estuviera protegido.

– ¿Pero de verdad no entiende la gravedad del asunto?

– No nos puede hacer nada, la policía nos está protegiendo.

– ¡Señor! Llamaron de su casa – dijo otro de los empleados.

– ¿Qué sucede?

– ¡Secuestraron al señor Sunoo y su esposo esta inconsciente!

– A este tipo de gravedad me refería – dijo el chico y salió de la Oficina.

Jay salió corriendo al estacionamiento por instinto, mientras corría hablaba a la policía dándole rápidamente la instrucción de buscar a Kang Taehyun por secuestro, subió rápidamente al auto y salió directo a su casa.

Jungeon se encontraba acostado en el sofá de la sala mientras que una de las trabajadoras curaba su labio roto y un moretón enorme en su mejilla.

– ¡¿Qué sucedió aquí?!

La escena era horrible, muchas cosas estaban en el suelo, habían papeles importantes que el había guardado en su Oficina y su esposo estaba inconsistente.

– Que bueno que llegó señor – dijo la mujer – yo lo llamé, tres señores entraron a la casa, se llevaron al señor Sunoo, inspeccionaron su Oficina y golpearon al señor Jungwon.

– No puede ser ¿Por qué no hiciste algo? – la ira lo esta consumiendo.

– Estaba escondida señor, tenía mucho miedo...

– Maldita sea...

Las alarmas de los policías se escuchaban a lo lejos, pronto estaban inspeccionando la escena del crimen. Revisaban cámaras de Seguridad de la casa y de las calles, se movían muy rápido debido a que Jay era una persona importante y que Taehyun estaba siendo investigado.

– Quiero que lo encuentren lo más pronto posible, agredió a dos omegas indefensos – haría que Taehyun pagará por haber tocado a Jungwon, la sangre le hervía.

– Si señor, hacemos lo que podemos.

Como las heridas de Jungwon no eran graves lo dejaron en la casa y esperaron a que despertara para dar una declaración.

Jungwon sentía miedo, lo podía manifestar en su olor que cada vez era más agrio, su cuerpo temblaba adolorido.

– Jungwon, necesitamos que nos digas que fue lo que sucedió. – dos policías estaban sentados frente a él.

– Kang Taehyun y dos hombres más se llevaron a Sunoo, uno de ellos me golpeo y me desmaye.

– Debe saber algo más señor, ¿No hay algo más que recuerde? Necesitamos más detalles.

Su mente estaba en shock, completamente bloqueado.

Negó lentamente.

– Les juro que eso es todo lo que recuerdo...

– Esta bien... Seguiremos revisando las cámaras, quizá encontremos algo realmente bueno.

Jungwon estaba muy preocupado, se sentía mal por haber dejado que ellos entraran y se llevarán a Sunoo, sentía una gran responsabilidad y preocupación, tanto que lograba sentirse mareado y cansado.

– Esta bien Jungwon, hiciste lo que pudiste, no podías hacer más, te superaban en número y en fuerza – Jay trataba de animarlo – Mejor ve a descansar, yo me seguiré investigando.

Jungwon asintió y subió a su habitación, las piernas le temblaban de los nervios. Se acostó en la cama y trató de conciliar el sueño, pero por más que cerraba los ojos no lo conseguía.

Por otra parte, Jay se encontraba realmente enojado, no lograba entender cómo Taehyun había sido capaz de lastimar a su propio hijo y único heredero de toda su fortuna. No existía una verdadera razón, además, durante los años de "amistad" que tenían, Taehyun se habia mostrado como un padre ejemplar, único, amoroso, cariñoso y que le daba todo a su hijo, nunca noto un comportamiento extraño y mucho menos que haya tratado mal a Sunoo, siempre era todo lo contrario...

Lo único extraño que había notado, era la facilidad con la que resolvía los casos de narcotráfico en el país, siempre los resolvía de manera rápida y perfecta, quizá les ofrecía tratos especiales como que el seguiría moviendo su dinero si aceptaban 7 años de cárcel a lo mucho... Por eso el tenía las drogas que le daba a su hijo y su prometido.

– Fuimos a la casa de Taehyun, estuvimos buscando pistas pero no encontramos nada – dijo uno de los policías.

– Debe tener un lugar secreto, les mandaré las direcciones de su empresa y los lugares que frecuentemente visita, debemos encontrar algo, una pista de donde podría estar.

Jay comenzaba a sentirse presionado, el sentimiento de culpa en su cabeza no lo dejaba pensar correctamente porque tal vez si el hubiera estado ahí no hubiera pasado nada, tal vez el los puso defender y tal vez el puro atrapar a Taehyun por su propia cuenta... Tantos escenarios, tantas posibilidades y de todas ellas sucedió la peor.

Jay se sentó en el sofá, trato de relajarse un poco, la cabeza le comenzaba a doler, respiro profundamente hasta conseguir regular un poco sus emociones. Su teléfono comenzó a vibrar, lo sacó del bolsillo y contesto.

– ¿Qué sucede? – pregunto cansado.

– Señor... Necesita venir de inmediato. – dijo el joven desde la otra línea.

– Estoy algo ocupado Choi.

– Señor, recibimos un mensaje por parte de Kang Taehyun.

– ¿Y ya lo leíste? – pregunto un poco más interesado.

– No va dirigido para mi, es para usted, debe venir de inmediato.

– Enseguida voy – dijo y colgó.

Salió rápidamente de la casa, le pido a un oficial que por favor vigilara el área para que nada malo pasará con Jungwon. Subió a su auto y manejo hasta la empresa.

– Abre rápido ese mensaje, Jungwon esta solo y no me gustaría dejarlo mucho tiempo así.

– Si señor.

El joven abrió el mensaje en su computadora, el mensaje parecía ser un Código con varios números y símbolos...

– ¿Esta burlándose de nosotros? ¿Qué significa esto? – dijo enojado.

– No lo se, pero podría tratar de descifrarlo en alguna página, piden ser coordenadas, o algún mensaje clave.

Cada día su nuevo Secretario lo sorprendía.

– Perfecto, mientras tanto hablaré con la policía, para que hagan lo mismo.

Las horas pasaban, el joven y un policía trabajaban juntos para poder descifrar el mensaje. Ya había anochecido, Jay estaba muriendo de suelo y preocupación por Jungwon, estaba a punto de irse a casa hasta que su Secretario lo llamó.

– ¡Lo tenemos señor! – dijo con una gran sonrisa y lleno de orgullo.

– ¿Y qué es lo que dice?

– Son coordenadas que nos llevan a un punto específico de la ciudad, calle 34A entre las avenidas 8 y 7 del Departamento de policías más cercano, marca un edificio extraño que solía ser el escondite de algún narcotraficante.

– Mis oficiales y yo iremos a revisar el lugar.

– Yo también iré.

– Lo siento señor Park, pero podría ser peligroso, le informaremos sobre lo que encontremos.