TREINTA

6.2K 425 108
                                        

Maratón 3/3

ELIJAH

Últimamente, Jade ha estado distante conmigo. Responde a mis mensajes, sí, pero sus respuestas son cortas, frías.

La complicidad que habíamos construido poco a poco parece desmoronarse.

No puedo dejar de pensar en ella, en esa tarde cuando Samantha apareció en la cafetería, y desde entonces todo cambió. Me pregunto si eso tiene algo que ver con su actitud.

Hoy, mientras estoy en mi oficina, trato de concentrarme en los proyectos pendientes, pero mis pensamientos vuelven siempre a Jade.

Apenas he tenido tiempo de procesar la situación cuando la puerta se abre sin previo aviso. Samantha.

—Elijah —su voz es suave, casi frágil, como si estuviera buscando comprensión.

La miro con cansancio. Desde que todo terminó entre nosotros, no he sentido nada más que indiferencia por ella.

Se acerca, su expresión dolida, como si esperara una segunda oportunidad. No tengo interés en volver a vivir ese capítulo.

—¿Qué haces aquí, Samantha? —mi tono es frío, pero claro. No quiero darle espacio para malentendidos.

—Vine a hablar contigo, a pedirte una oportunidad... —sus ojos buscan los míos, desesperados—. Cometí un error, Elijah. Lo que pasó con Marcus... nunca quise que ocurriera. Yo... lo lamento.

Marcus. Mi hermano mayor, el que siempre había querido salirse con la suya, incluso a costa de los demás. Que ella lo mencione ahora solo añade más peso a mi rechazo.

—No te humilles más, Samantha —le digo, controlando mi irritación—. Lo que pasó entre nosotros terminó el día que decidiste traicionarme. No te confundas, no hay nada que discutir.

Ella da un paso hacia mí, lágrimas comenzando a brotar de sus ojos.

—Por favor, Elijah... sé que me equivoqué, pero nunca quise hacerte daño. Nunca pensé que terminaríamos así.

La observo en silencio por un momento. No siento nada. Ni rabia, ni tristeza. Solo vacío. Me levanto y camino hacia la puerta.

—Samantha, lárgate —digo mientras la abro—. No te voy a perdonar, y no hay más oportunidades.

Ella me mira, herida, pero finalmente asiente y sale de la oficina, dejando un rastro de silencio tras de sí.

Cierro la puerta, sintiendo un leve alivio, aunque no dura mucho. Tengo un vuelo a Italia, y mientras preparo mis cosas para salir, Jade sigue ocupando mi mente. Su distancia, su frialdad... hay algo más que no estoy entendiendo.

Flashback

Todavía recuerdo el sonido de la puerta al cerrarse detrás de mí aquella noche.

Era tarde, más de lo usual, y lo único que quería era llegar a casa, ver a Samantha, cenar juntos y dejar atrás el agotador día en la oficina. El trabajo, las reuniones, los compromisos, todo eso se desvanecía en el momento en que cruzaba la puerta de mi apartamento. Al menos, así era hasta ese día.

Al entrar, algo se sintió diferente. El ambiente estaba cargado, extraño.

Al principio no entendí qué era, pero una intuición incómoda empezó a crecer en mi pecho. Debería haberla llamado desde el auto, pero no lo hice. Caminé hacia la sala, pensando que Samantha estaría leyendo o esperando como siempre, pero lo que escuché me detuvo en seco.

Amor Inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora