Para las que amamos tanto a alguien
hasta llegar a un punto donde no desamoramos
A veces, el amor se convierte en una espera interminable. Y en cierto modo, nadie muere por ello, pero es verdad que los tendones, al soportar mucha tristeza, podrían romperse, y que, de nuevo, en cierto modo, sería posible morir por amor. Un sentimiento fragmentado, doliente, casi asqueroso. Como si estuviera atrapada entre la ilusión de ser el centro de alguien y la fría realidad de que nunca lo llegaré a serlo del todo. De saber una que esta rota.
Y derrota, porque lloro, lloro como si me pagasen por hacerlo por tanto tiempo que no hay quien argumente porque, sino quién. Porque casi todos los infiernos llevan nombre.
Porque en el fondo, en el muy fondo, se que soy la prioridad, que hay algo o alguien más que siempre interrumpe ese pequeño rincón que me pertenece, pero ahí sigo, esperando. ¿Por qué? Porque la promesa de ser la persona más importante, la que ilumina su mundo, me mantiene en pie, impactante ante cualquier muestra de amor, aunque sea solo un eco distante. Echo por un ser miserable que padece de una grave enfermedad vergonzosa sin estado anímico que solo tiene 8 letras.
-Nostalgia me llamo- se presenta en esos momentos de soledad, donde la tristeza se mezcla con la belleza de lo que pudo haber sido, y me doy cuenta de que soy más fuerte de lo que pensabas. Pero estoy tan triste y tan caliente a la misma vez que podría llorar mientras me vengo. Porque ovulando se me olvida mis valores católicos tradicionales y eucarísticos.
Pero la gente no colabora y se va, y hay algo en mi que nunca se quiebra del todo, aunque ojala y si se rompa de una vez y otra vez. Y, tal vez, lo más desconcertante de todo es esa contradicción: ser más fuerte y más vulnerable al mismo tiempo.
Porque como ya he dicho, yo siempre me he sentido miserable, enormemente miserable, como te lo he dicho varias veces. Mucho, quizás demasiado, porque yo he querido serlo, tanto, porque me han hecho sentir que lo soy. Me han golpeado, sabes, me han dado duros golpes en eso que llaman sentimiento. No sé quién; pero sí sé que a veces, cuando pierdo el tiempo follándome lento, me examino el alma, la siento un poco desgarrada.
Y es entonces que el dolor se vuelve algo familiar, casi una forma de belleza. Llorar se convierte en un acto de resistencia, y la imagen de tu dolor se transforma en algo hermoso, algo que los demás tal vez ni siquiera puedan comprender. -Te ves han hermosa cuando lloras- pero la verdad es que he dado mi cuerpo más de lo que he recibido flores... y ahora estoy triste. Tan nostálgica que me lamento por uno microsegundos por mis pecados. Y me arrodillo, me lamento, pido, y me confieso a los virgenes de los abdominales que estás en el cielo, santificados sean los 25.1 cm de Nicholas Alexander Chavez, venga a nosotras Los Hidalgo, hágase tu voluntad como en las lectoras nuevas y como en las viejas, danos hoy nuestro crush literario de cada libro, perdona nuestras lecturas impuras como nosotras también perdonamos cuando una historia no está actualizada o terminada, no nos dejes de mandar chicos reales sacados de Wattpad y líbranos de los anuncios. Y por último, haz que un meen nos ame, digo amén*
Aunque esa frase pueda sonar a consuelo, solo refleja lo que me queda cuando las promesas se vuelven un infierno. Lo que siento un día al escribir lo que siento, y de seguro se va preguntar si se trata de el, y probablemente si, y probablemente ya no.
Porque ay mi querido extraño...ósea si estoy con mas, pero te extraño a ti. Asi que pesar de todo, sigue esperando. Sigue aferrándote a los recuerdos, aunque esos recuerdos se deshagan al contacto con la realidad. No importa que el amor se haya ido, que las promesas se rompan, porque en algún lugar dentro de ti, sabes que lo único que te queda soy misma, incluso cuando te ves en ese espejo roto. Y en esa fragilidad, en ese dolor que parece no terminar nunca, eres más fuerte de lo que crees porque yo soy tu vulnerabilidad, aunque el mundo no te vea como tal. No les digas que estoy en tu corazón, corazón, no soporto los lugares públicos.
ESTÁS LEYENDO
𝐃𝐞𝐬𝐠𝐚𝐫𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐀𝐥𝐦𝐚
CasualeSoy escritora, no contenta con los sentimientos reales, ansiosa me impongo a imaginarlos. Porque recuerdo todo muy bien, mi corazón no tiene piedad, no puedo dormir, no puedo llorar, solo derramo sangre en papel. No sé si eso me hace buena o mala p...