Economía del llanto

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Si una persona te escribe un poema, le gustas tú; 

si te escribe 30, le gustan los poemas.

Cariño, cuando lo dejamos estaba triste. Y sí, es obvio que salgo con alguien, donde no salgo, es en fotos. Pero necesitaba sentir tus besos en distintos cuerpos, solo por poder combinar mi outfit con ellos, ya que tú no querías. Pero amor, no te me enfades; salía triste, tan triste que dejé de usar ese perfume tan caro y opté por el más barato. Porque se supone que estoy deprimido, amargado, triste sin ti a mi lado y tengo que actuar bien mi papel porque te amaba de verdad. Y perdón por no contestar antes a tus llamadas, no tenía interés. Digo internet*. Interés tampoco, pero el caso mi amor. 

En nuestra futura boda, no te desnudes de golpe, quédate callada e inocente. Es así como te convierto que te quiero, no explicado por la claridad, ni disimulado por la apariencia. Quédate cerca, mía, y ponte a llorar, espero verte llorar. Mientras desfilas hacia el altar con tu vestido de sirena, espero que llores, aunque sea de arrepentimiento. ¿Cariño? ¿Por qué no me das toda tu linda atención? Mírame a los ojos. ¿No te gusta lo que ves? Parece que así es. Así que acelera, y haz que acelere contigo de una vez, pero no estés tan pendiente. Realmente es agobiante, mi cobarde amor.... ¿Acaso nunca aprendes? Está bien, dame besos hasta que se me olvide que eres así con todos.

Pero...y lloras y lloras, y no se como consolarte. Tardo en aprender, y resulta que ya te estas ahogando en tus propios llantos. Y no paras, y sigues, y lloras y lloras, pero amor...porque diablos lloras? Supongo que no solo lloras porque no consigo amarte, sino por todo lo demás. Y sinceramente, me siento orgulloso, ya que a eso, se le llama economía del llanto. 

Mírame a los ojos cuando trate de amarte, de hablarte y convencerte que tengo la razón, mírame bien por favor y no llores. Hazlo esta noche y finjamos que no somos tan diferentes, que es complicado entender por qué no salió bien. Sabes que no quiero que lo hagas, eso de que te dañes, eso de que después te vayas llorando a tu madre y la digas que no te amo como un buen hombre hace. Porque nos vemos más que amigos pero menos que novios.

—Y de verdad, me gustas, quizá demasiado, pero amor... tengo novio.

—Eres tan hermosa que mereces dos novios —respondo, dejándome llevar por mi  impulso siniestro.

Ella sonríe, pero en su mirada aparece una sombra, algo melancólico quizás?

—Qué encantador, amor —responde —pero ¿sabes? Todavía no olvido aquella vez, que, a solas, me llamaste "Mía". Me lo repetiste tanto... Y mientras tú decías "Mía", yo solo lloraba y lloraba. Porque, ¡maldita sea! —grita, entre risa y dolor—, ¡no soy mía! No sé de dónde sacaste ese nombre. Seguro así se llama la otra, y se te escapó por accidente, ¿no?

Su risa se vuelve silencio. En el aire queda suspendida la pregunta, esa duda que no necesita ser respondida. Ella sabía que tenía otra.

—Pensé que, al ser unos centímetros más alto, no serías capaz de alcanzar a escuchar mis mentiras. Pero bueno, a pesar de eso, te dejaré que me quieras, aunque eso haya sido muy red Flagg de tu parte. Y eso me encanta, ya sabes que soy como los toros, veo el rojo y me prendo, me altero y con eso justifico mis maltratos, pero te advierto, no te enamores de mí. Solo porque te demuestre el amor de la manera en que quieres no significa que te ame, amor. Tu única función para mí es olvidarme de mi otro amor. Y sabes que, aunque puedo, no quiero. Igual, si puedo, pero no quiero. Pero como sé que tú sabías que te quiero, pero no lo suficiente como para dejarte entrar en mi corazón y te adueñes de sus latidos, no debería salir mal nada de esto.

𝐃𝐞𝐬𝐠𝐚𝐫𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐀𝐥𝐦𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora