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Alex

-Era una fiesta tonta en casa de alguno del equipo de vóley, una de tantas, yo ni si quiera debería haber estado ahí – le cuento pasándome la mano por el pelo y recordando aquel día de mierda – Dereck me convenció para que lo acompañase, su novia también venia y acceder fue la peor decisión, debí haberme quedado estudiando en casa, o haciendo cualquier otra cosa con mi hermana.

- ¡Ey! Solo intenta respirar antes de seguir hablando – la voz calmada de Abby me reconforta, no se que he hecho para merecerla, para tenerla a mi lado, pero le doy gracias al que inventó las casualidades.

- Estaba aburrido en el sofá mirando el teléfono – omito el hecho de que estaba viendo la pagina oficial de la academia donde ella bailaba, para ver si la encontraba en alguno de los videos promocionales – ese día me hice alguna copa de más, pero bueno, que adolescente de 17 años no se pasa bebiendo... - asiente comprendiéndolo y me rasco la nuca nervioso, esto no es lo mejor de mí, me odio por lo que pasó ese día – Dereck y su chica hablaban de algo, no les prestaba mucha atención la verdad, pero entonces él se fue al baño y yo quería aprovechar para coger otra copa, a pesar de q sabia que no debía. Le pregunté a ella si quería algo y me dijo que si, cogí una copa para cada uno y volví al sofá, todo pasó tan rápido que no era capaz de asimilarlo. Ella se abalanzó sobre mí, me besó y me costó más de lo debido procesarlo, debería haberla apartado al segundo, o incluso debería haberla detenido antes de que se me abalanzara, pero te juro que me pillo tan de sopetón que tardé más de la cuenta en separarme – se lo cuento prácticamente sin aliento, reviviendo ese momento en mi cabeza – no intento justificarme, no debería haber hecho eso, es así y punto. Para cuando conseguí quitármela de encima Dereck estaba mirándonos desde la puerta del baño, no sabía cuánto había visto, no sabia que pensaba, aunque fue por poco tiempo, por como me miró y por sus palabras sabía que solo había visto el beso, un beso que pensaba que había iniciado yo

- Dios mío... - sus palabras son apenas un susurro, y por su cara se que no tiene ni idea de que decirme ahora, pero es que no hay mucho que pueda decir, la cagué y no hay más

- Intenté hablar con él, pero su novia afirmó que yo la había besado y entonces su enfado fue a más y es cuando empezó la paranoia de que yo quería todo lo que él tenía – le digo frustrado y cansado de tener que seguir igual después de tantos años – siempre habíamos sido uña y carne, desde pequeños, pero puede que hubiese algo más, algo que le molestase a él y yo debí verlo, era su mejor amigo, debía saber que le pasaba algo, debería haberlo ayudado y no lo hice, no estuve a la altura y perdí a mi mejor amigo, pero no solo eso, sino que le cause tal dolor que años después sigue teniéndome ese rencor...

- Alex... - me coge de la barbilla para que la mire y lo hago, hace contacto visual conmigo y me pierdo en sus ojos verdes, que brillan más que otras veces a causa de las lágrimas que quieren salir, pero está utilizando todas sus fuerzas para que no caigan – no debes machacarte tanto, son cosas de instituto, y no tenias el porque ver que estaba mal, erais niños aun...

Intenta consolarme, y agradezco sus palabras, pero no puedo evitar sentirme así, porque, aunque él no lo crea todavía me duele la perdida que supuso para mí que dejásemos de ser amigos, es un dolor similar al que siento cuando pienso en mi hermana, porque, aunque parezca una chorrada, él para mi era mi hermano. Se podría decir que pasaba más horas al día con él que con mi propio padre, aunque bueno, eso tampoco era difícil de superar con la cantidad de horas que trabajaba al día.

- Agradezco tus palabras Abby, de verdad, pero parte de la culpa esa noche la tuve yo, y eso no me lo puede negar nadie – le digo serio y ella se queda callada, acaricio su mejilla y junto su frente con la mía – pero gracias por escucharme, es agradable poder ser completamente sincero con alguien que sabe ambas versiones, que conoce los dos puntos de vista y que no intenta hacerme sentir bien a base de criticar a la otra persona.

- No os voy a criticar a ninguno de los dos Alex, erais críos en ese momento, tu no podías saber que él estaba en un momento delicado de su vida si no te lo decía, tú también tendrías tus problemas, y está claro que no debiste permitir que te besara, pero ahí no toda la culpa es tuya Alex, también es de ella, tu solo reaccionaste tarde – no se hace una idea de lo aliviado que me siento ahora mismo, sus palabras son las únicas que han conseguido mitigar ese vacío que llevo sintiendo desde aquella noche; la red en la que estaba atrapado parece empezar a aflojarse y puede que incluso pueda salir de ella – Mira Alex, no se lo que puede pasar, pero tu y Dereck sois dos personas muy importantes en mi vida, os quiero a ambos y creo que deberíais hablarlo entre vosotros. Que los demás opinemos no tiene relevancia, al final es vuestra relación de amistad, y la relación que tenéis con vosotros mismos lo que debéis arreglar. Yo te apoyaré tomes la decisión que tomes.

Sus palabras retumban en mi cabeza, me recorren entero de arriba abajo, me apoya, pero eso no es lo que realmente ha hecho mella en mí, han sido otras palabras que ha dicho. Han sido palabras mayores las que han salido de su boca y todavía estoy intentando procesarlas, y, sobre todo, procesar el efecto que acaban de causar en mí, porque me acaban de hacer sentir algo que nunca creí posible.

- ¿Acabas de decir que me quieres? – le pregunto sorprendido, y ella parece igual de sorprendida que yo, creo que lo ha dicho prácticamente sin pensar, lo noto por como se pone toda roja y baja la mirada.

- ¿puede? No lo sé... - me confiesa dudosa y acerco mas mi cuerpo al suyo, la cojo de las caderas haciendo impulso para que se siente sobre mis piernas y ambos quedamos mirándonos fijamente.

- ¿Solo puede que lo hayas dicho? – le pregunto riendo, intentando quitarle peso al asunto, aunque creo que es de los mejores momentos de mi vida – por que si es solo una posibilidad... puede que yo también te quiera a ti

¿La quiero? Joder, claro que la quiero, que pregunta más estúpida me acabo de hacer a mi mismo. Se metió en mi cabeza el día en que la vi bailar en aquella gala, pensé que me seria imposible estar con ella algún día, que solo podría verla en videos de la academia o caminando por la universidad el día que me di cuenta de que coincidíamos en alguna clase. Pero míranos ahora, la tengo sentada sobre mi, mirándome a los ojos y diciéndome que me quiere, ¿Cómo no voy a corresponder esos sentimientos si es lo que siempre he deseado? Seria un completo idiota si no lo hiciese.

- Así que también, ¿eh? – me pregunta en el mismo tono divertido que estoy utilizando yo.

- No, también no – le digo poniéndome serio y acariciando sus labios con mi pulgar – te quiero y punto

Me mira sorprendida, pero no dejo pasar mucho más tiempo, la atraigo a mi y la beso con deseo, la beso con pasión, pero sobre todo la beso con un cariño que jamás creí que se pudiese transmitir de esta manera. Pero lo mejor no es eso, sino la forma en que ella me lo devuelve, esto es igual de real e importante para ella que para mí, sus dedos se enredan en mi pelo y tiran levemente de él, sonrío contra sus labios y lo profundizo cogiéndola de las caderas y sentándola mejor sobre mí, pegándola todavía más a mi cuerpo si eso es posible.

- Te quiero – susurra contra mis labios antes de besarme de nuevo y provocar que me pierda en ella, en como su delicioso aroma me embelesa y me vuelve completamente loco. Y seguimos así, besándonos, queriéndonos, fundiéndonos el uno con el otro hasta que nuestros cuerpos no lo soportan más y nos quedamos completamente saciados, al menos por el momento.

Entre RedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora