Mi mamá regresó pero no quería mirarla. Ni a ella ni a nadie.
—El médico —habló tratando de sonar animada— dijo que van a darte el alta mañana por la mañana si te sientes bien. Quieren tenerte un día aquí para observación pero nada más.
Ella y Aldo esperaron una respuesta positiva de mi parte pero no pude acotar nada, seguí concentrándome en el yeso, ignorándolos.
Los que me atacaron tenían razón en una cosa: yo no sabía cuál era mi lugar.
Agustina volvió a entrar a la habitación y detrás de ella apareció Simón. Su presencia fue lo único que arrancó de mí una reacción. Lo miré atento y el resto notó mi urgencia por escucharlo. También voltearon hacia él, ansiosos por descubrir qué cosa podía ser de importancia para mí. Se paró al pie de la cama, incómodo bajo la mirada de todos.
—Ya le avisé.
—¿Él está bien? —pregunté preocupado.
Su cara no me ayudaba a adivinar nada, me observaba arrastrando la culpa que se adjudicaba.
—Está bien.
—¿No le pasó nada? —insistí por si acaso.
Negó con la cabeza.
Me sentí aliviado de que mi imprudencia no lo hubiera alcanzado.
—¿De quién hablan? —quiso saber mi mamá.
Simón la miró y dudó.
—Valentín —dije sin pensarlo.
En realidad, de repente, solo podía pensar en él. Me sentí desesperado por verlo, por tenerlo frente a mí. Él era mi único consuelo. Pero yo, en ese estado, sería un problema para Valentín. Demostraba que no se podía confiar en mí, que mi inutilidad no tenía límites. Yo mismo le crearía un nuevo mal recuerdo con el cual cargar.
—¿Tu novio?
Miré a Agustina sin poder responder. Me sentí insignificante ante el título de "novio".
—No hables de esas cosas —ordenó con rapidez nuestra mamá.
Mi hermana frunció el ceño preparándose para replicar.
—No es hora de discutir —Aldo se apuró en intervenir.
Simón dio un paso atrás ante la nueva situación.
—Tengo que irme... pero voy a volver.
Agachó la cabeza para no cruzar miradas con nadie y se fue.
Su partida repentina dejó la sensación de que había sido asustado por la discusión que estaba por ocurrir.
—¿Cómo se te ocurre decir algo como eso frente a otras personas? —cuestionó mi mamá a Agustina, en voz baja para que no pareciera que hacía un escándalo.
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La sombra sobre las flores
General FictionJerónimo descubre de pequeño que vive en un mundo donde hay cosas que no tiene permitido hacer por haber nacido hombre. Aprende rápido que debe disimular y fingir lo que siente para no defraudar a quienes quiere. En su adolescencia confirma que no e...