Desperté con la luz del sol filtrándose por la ventana, iluminando suavemente la habitación. La nieve fuera hacía que todo se viera blanco y perfecto, y aunque había pasado la Navidad, el ambiente seguía siendo mágico. Me froté los ojos y me giré hacia la cama de Albus que seguía profundamente dormido. Como siempre. Roncaba un poco, aunque lo negaría hasta el cansancio si se lo dijera. Me reí en silencio, y decidi que sería mejor dejarlo descansar un poco más.
Vi que Scorpius no estaba y me levanté de un salto, sintiendo el suelo de madera bajo mis pies, frío pero reconfortante. La Madriguera siempre tenía esa calidez que la hacía sentir como un segundo hogar. Era un caos en el mejor sentido, y en esta época del año, la casa parecía respirar alegría.
Bajé las escaleras rápidamente, mis pasos resonando en la casa silenciosa... o al menos, silenciosa comparada con lo que normalmente era. Cuando llegué a la cocina mi hermana pequeña, Lily, estaba sentada a la mesa con una taza de chocolate caliente en las manos, hablando con Hugo y Rose, mientras la abuela servía el desayuno con su varita, haciendo que los platos volaran de un lado a otro.
—¡Buenos días, Alina! —me saludó la abuela con una sonrisa cálida—. ¿Has dormido bien, querida?
—¡Sí, abuela! —le respondí, mientras me sentaba a la mesa junto a Lily y le robaba un sorbo de su chocolate, lo que le provocó una protesta y una mirada divertida.
—Oye, pide el tuyo —dijo Lily.
Mientras me servía mi propio chocolate, miré alrededor de la cocina. Fred y James estaban bromeando, como siempre, intentando que Matthew probara algún tipo de dulce que claramente tenía efectos secundarios inesperados. Mis primas Rose y Roxanne estaban sumergidos en una conversación sobre las nuevas criaturas mágicas que habían descubierto en los libros que recibieron como regalo de Navidad, y el tío Ron estaba luchando por mantener a Hugo sentado en su silla, lo cual siempre era una tarea casi imposible.
De repente, escuché pasos en la escalera. Giré la cabeza justo a tiempo para ver aparecer a papá, todavía despeinado y con una sonrisa en el rostro. Le devolví la sonrisa. Siempre me hacía sentir segura verlo así, relajado y feliz.
—Buenos días, papá —dije, mientras él se acercaba a besarme la cabeza.
—Buenos días, Alina —me respondió, sirviéndose una taza de té.
Mamá, llegó detrás de él. Le dio una palmada en el hombro a James, quien seguía discutiendo con Fred y Matthew sobre el uso de bengalas mágicas.
—¡No exploteis nada en la cocina, por favor! —dijo ella en tono de advertencia, aunque con una sonrisa en los labios.
En ese momento, vi aparecer a Scorpius, detrás del abuelo, que acababa de entrar con la cara enrojecida por el frío de la nieve.
Detrás de Scorpius, apareció Draco. Siempre parecía tan diferente a todos nosotros, pero últimamente lo había notado más relajado.
—Hola, Scorpius —le dije, haciéndole un gesto para que se sentara a nuestro lado.
Él me devolvió una sonrisa antes de sentarse a mi lado. Albus bajó las escaleras poco después, con el pelo despeinado y aún medio dormido. Me reí para mis adentros; siempre tardaba más en despertarse.
—Vaya, Albus, ya era hora —le dije en tono burlón.
Él me lanzó una mirada soñolienta pero divertida, antes de dirigirse directamente hacia la comida.
Toda la familia estaba en la cocina ahora, y el ruido empezaba a subir de volumen, pero a mí no me molestaba en absoluto. La mezcla de risas, charlas y las bromas que Fred, James y Matthew siempre hacian que este lugar se sintiera especial, como si todo fuera posible en este rincón del mundo.
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𝓞𝓽𝓻𝓪 𝓻𝓮𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪𝓭 ; ʰᵃʳʳʸ ᵖᵒᵗᵗᵉʳ
FanfictionLos hijos mellizos del famoso Harry Potter, mas conocido como el niño que sobrevivio, se enfrentan a muchos peligros que la magia les pone delante. ¿conseguiran salvar al mundo magico de la amenaza de Delphini Riddle?, ¿un viaje en el tiempo?, ¿o ta...