El cielo de Ana Ivette

☁️ Capituló 12 ☁️

☁️ Capituló 12 ☁️

Aarón se acercó a Gabriel, su voz llena de desdén.

—No está mal —dijo—. Pero aún hay mucho que mejorar. ¿O acaso crees que puedes impresionar a Ana con tus movimientos torpes?

Gabriel se tensó, sintiendo la rabia crecer en su interior.

—No necesito tu aprobación —dijo.

Aarón se rió.

—Claro que sí —dijo—. Necesitas mi aprobación para seguir en esta empresa. Y si no puedes bailar como se debe, entonces no eres digno de estar aquí.

Gabriel se sintió desafiado.

—Puedo bailar mejor que tú cualquier día —dijo.

Aarón sonrió.

—¿De verdad? —dijo—. Entonces, ¿por qué no me muestras?

—Está bien —dijo Gabriel —. Te mostraré lo que puedo hacer.

Aarón se rió.

—Estoy ansioso por verlo —dijo.

Gabriel comenzó a bailar,  por segunda vez. su cuerpo moviéndose con gracia y precisión. Su pasión y energía llenaron la habitación.

Aarón se sorprendió, no esperaba que Gabriel fuera tan bueno. Su sonrisa se desvaneció.

—Basta —dijo—. Ya he visto suficiente.

Gabriel se detuvo, su pecho subiendo y bajando.

—¿No te gustó? —preguntó.

Aarón se puso tenso.

—No importa —dijo—. Tienes que mejorar aún más.

Gabriel sonrió.

—Lo haré —dijo—. Y cuando lo haga, no te gustará.

Aarón frunció el ceño.

—¿Qué quieres decir? —preguntó.

Gabriel se acercó a él.

—Quiero decir que no te dejaré humillarme —dijo— No te dejaré controlarme.

Aarón perdió los estribos y golpeó a Gabriel en la cara, su puño cerrado y fuerte. Gabriel cayó al suelo, su cabeza girando por el impacto.

Aarón se preparó para golpearlo de nuevo, su rostro distorsionado por la rabia. Pero antes de que pudiera hacerlo, Pavel y la coreógrafa llegaron corriendo al estudio.

—¡Aarón, detente! —gritó Pavel, agarrando a Aarón por el brazo.

La coreógrafa se arrodilló junto a Gabriel, ayudándolo a levantarse.

—¿Estás bien? —preguntó, preocupada.

Gabriel se tocó la mejilla dolorida.