✨ Capitulo 32 ✨

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capítulo 32

Gabriel tropezó con una mesa que había en el pasillo; todavía le costaba acostumbrarse al nuevo entorno y más porque Ana no lo había dejado explorar todo el departamento por su cuenta todavía. Alcanzó a evitar que el florero que estaba sobre la mesa se cayera y lo colocó en su lugar, sonriendo. Hizo una pequeña nota mental para recordar que este obstáculo se encontraba en el pasillo. Sólo necesitaba hacer la cuenta de los pasos entre la puerta de la recámara principal, la mesa y la puerta de la entrada y salida del pasillo hacia la sala.

Ana salió de la habitación con su bolsa colgando del brazo y el celular en la mano, lo vio a mitad de pasillo como si fuera un turista perdido, sonrió y lo abrazó por atrás.

— Todavía te pierdes, ¿verdad? — besó su mejilla.

— Un poco — dijo Gabriel —, pero en mi defensa, llevamos una semana solo del sofá de la sala a la cama. Cierta señorita es insaciable...

Ana se rió y lo soltó.

— Bueno, eso no es una excusa válida — dijo, sonriendo —. Pero te perdono porque eres tan adorable cuando te pierdes.

Gabriel sonrió y la besó en los labios.

— Gracias por la comprensión — dijo —. Pero estoy decidido a dominar este pasillo.

Ana se rió y le dio un golpecito en el hombro.

— Bueno, te doy una semana más — dijo —. Pero después, espero que puedas encontrar el baño sin ayuda.

Gabriel se fingió ofendido.

— ¡Eso es injusto! — dijo —. Ya he encontrado el baño solo tres veces esta semana.

Ana se rió y le dio un golpecito en el hombro.

— Bueno, sigue practicando, campeón — dijo —¿Estás listo para salir?

Gabriel asintió y tomó la mano de Ana.

— Sí, estoy listo — dijo —. ¿Dónde vamos?

Ana sonrió.

— Es el cumpleaños de Marlene — dijo.

Ana Ivette llevó a Gabriel al Country Club, donde se celebraba el cumpleaños de Marlene. Mientras se bajaban del auto, Gabriel sonrió, anticipando una noche divertida con las amigas de Ana.

— ¿Estás listo para una noche de fiesta? — preguntó Ana, tomándolo del brazo.

— ¡Absolutamente! — respondió Gabriel.

Al entrar al Country Club, Marlene se acercó y abrazó a Ana.

— ¡Feliz cumpleaños! — dijo Ana.

Marlene se giró hacia Gabriel.

— ¡Gabriel! ¡Qué bueno verte de nuevo! — dijo, besándolo en la mejilla.

Gabriel sonrió.

— Lo mismo digo, Marlene. Feliz cumpleaños.

— ¡Vamos a celebrar! — dijo Conny, llevándolos hacia la barra.

Ahí también está Pavel que se acercó a saludar feliz de ver a sus amigos juntos como la pareja que nunca debieron dejar de ser.

Mientras pedían bebidas, Gabriel se sintió cómodo, rodeado de amigos que lo aceptaban tal como era. Ana se aseguró de que siempre supiera qué estaba pasando y dónde estaba.

— ¿Quieres un vino blanco o tinto? — preguntó Ana.

— Un tinto, por favor — respondió Gabriel.

El cielo de  Ana  Ivette  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora