✨ Capítulo 33✨
Gabriel, con dificultad, alcanzó a decirle a Pavel lo que pasó:
— Una víbora... me mordió... está en el departamento... Ana... deben sacarla... Ana podría estar en peligro...
Su voz se debilitaba y empezó a delirar, su mente nublada por el veneno de la víbora.
— Ana... no puede entrar... no puede... — tartamudeó.
Pavel lo escuchaba con atención, su rostro lleno de preocupación.
— Tranquilo, Gabriel. Ya llamaron a emergencias. Ana estará bien, no te preocupes — dijo Pavel, tratando de calmarlo.
Pero Gabriel seguía hablando, su voz cada vez más débil.
— La víbora... estaba en un paquete... no sé quién... no sé por qué... — dijo, antes de caer en un estado de semiinconsciencia.
Pavel sabía que debía actuar rápido. Llamó a emergencias y pidió que enviaran una ambulancia de inmediato además de elementos de protección civil para que pudieran encargarse de la víbora. También llamó a Ana para advertirle sobre la víbora en el departamento.
— Ana, no entres en el departamento. Hay una víbora dentro. Gabriel fue mordido. La ambulancia está en camino — dijo Pavel, con urgencia.
Ana respondió, alarmada.
— ¿Qué? ¿Cómo pasó? — preguntó.
— No sé. Gabriel me dijo que estaba en un paquete. Pero ahora no importa. Lo importante es que estás a salvo. No entres en el departamento hasta que llegue protección civil y los servicios de emergencia — insistió Pavel.
— Dios mío — Ana se llevó la mano A la boca completamente angustiada— ¿adónde se llevará Ana Gabriel?
— no lo sé pero en cuanto los de la ambulancia me digan yo te mando la dirección tranquila— dijo Pavel— no me voy a separar de él.
— gracias Pavel — Ana susurró y colgó el teléfono, levantándose deprisa de la mesa. Sandro también se levantó, notando la preocupación en su rostro.
— Lo siento, Sandro, pero tengo que ir a ver a Gabriel... — dijo Ana, completamente desesperada.
— Te acompaño, tranquila. Yo conduzco, estás muy nerviosa — ofreció Sandro, tomándola del brazo.
Ana asintió, agradecida. Sandro la guió hacia la puerta y ambos corrieron hacia su auto.
Ana Ivette revisó su celular y vio que tenía un nuevo mensaje de Pavel donde le indicaba a qué hospital debían ir:
— Pavel dice que lo llevaran al hospital general— declara Ana tratando de mantener la calma.
— entonces vamos para allá tranquila él va a estar bien— Sandro dijo mientras encendí el auto y arrancaba el motor.
Ana se aferró al asiento, su mente llena de preocupación por Gabriel.
— ¿Qué puede haber pasado? — preguntó, sin dirigirse a nadie en particular.
Sandro la miró con compasión.
— No te preocupes, Ana. Estaremos allí pronto. Gabriel estará bien — dijo, tratando de calmarla.
El tráfico era intenso, pero Sandro condujo con habilidad, esquivando los obstáculos y avanzando lo más rápido posible. Ana se mantuvo en silencio, su corazón latiendo con ansiedad.
Finalmente, llegaron al hospital. Sandro estacionó el auto y ambos corrieron hacia la entrada de emergencias.
— Vamos a encontrar a Gabriel — dijo Sandro, tomándola de la mano.
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El cielo de Ana Ivette
RandomAna Ivette, una modelo exitosa, viaja a Ensenada para supervisar los preparativos de su boda con Aarón. Sin embargo, su felicidad se derrumba cuando descubre la infidelidad de su prometido. Destrozada, Ana Ivette se encuentra con Gabriel, un joven c...