✨ Capitulo 35 ✨

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✨ Capituló 35 ✨

Ana se reunió con Conny y Marlene en la sala de reuniones de su casa de modas, rodeadas de diseños y telas de la colección anterior que seguía siendo un éxito rotundo.

— Yo creo que si sigues así, dentro de diez años o quizás menos, serás tres veces más rica que tus padres, amiga — dijo Marlene, sonriendo.

Ana se rió y sacudió la cabeza.

— Esto es un sueño hecho realidad — dijo, emocionada —. Y no tanto por el dinero, aunque bienvenido sea, chicas... — añadió con una sonrisa —. Pero lo más importante es que estoy cumpliendo mis sueños de ser una gran diseñadora, y ustedes forman parte de él.

Conny y Marlene se miraron entre sí y sonrieron, orgullosas de su amiga.

— Eres una visionaria, Ana — dijo Conny —. Tu pasión y tu talento son contagiosos.

Marlene asintió con la cabeza.

— Y hacemos  un equipo increíble— dijo con una gran sonrisa.

Ana se sintió conmovida por las palabras de sus amigas y socias.

— Gracias, chicas — dijo, emocionada —. No podría haberlo hecho sin ustedes. Somos un equipo, y juntas vamos a conquistar el mundo de la moda.

— Cambiando un poco de tema — dijo Ana, frunciendo el ceño —, estoy un poco preocupada por Gabriel... Lo que pasó en la fiesta de mis padres ayer fue realmente difícil para él, y yo sé que trata de que no me de cuenta de su tristeza, pero sé que está mal. No sé qué hacer, chicas.

Conny y Marlene se miraron entre sí, preocupadas.

— Jamás creí que tus padres fueran a reaccionar así con él — dijo Conny —. Bueno, tal vez tu padre un poco al principio, porque ya sabes, los padres siempre son celosos, más si solo tienen una hija, como es tu caso... Pero Brenda, en cambio, siempre ha hecho obras de caridad y ha sido amable con la gente que tiene menos que nosotros, y ahora que tiene la oportunidad de ser realmente buena con una persona como Gabriel, decide tratarlo mal.

— Gabriel no necesita caridad de nadie — dijo Ana, un poco molesta —. Él se merece que lo respeten porque es una persona como nosotros.

Conny se apresuró a disculparse.

— Perdón, no quise que sonara de esa manera — dijo, apenada —. Lo que quise decir es que tu mamá se llena la boca diciendo que es una persona culta, inteligente y sumamente respetuosa, y actuando como actúa con tu novio está demostrando lo contrario.

Marlene asintió con la cabeza.

— Tu madre debería estar orgullosa de que Gabriel sea una persona tan excepcional, a pesar de su discapacidad — dijo —. En lugar de eso, lo trata como si fuera inferior.

Ana suspiró, frustrada.

— No sé cómo hacer que mi madre entienda — dijo —. Pero voy a seguir luchando por Gabriel, porque sé que él es el hombre perfecto para mí.

— Esa es la actitud, Ana — dijo Marlene, con una sonrisa pícara —. Debes enseñarle a toda esa gente que parece que no tiene más de dos neuronas en la cabeza que sus opiniones se las pueden meter por... — hizo un gesto sugestivo.

— ¡Marlene! — exclamó Conny, fingiendo escándalo —me asustas. ¿Con Quién te estás juntando?

—Contigo y con Pavel... ambos tienen una boca muy soez.

— ¡Y a mucha honra! — dijo Conny, riendo.

Ana se rió a carcajadas.

— Ay, chicas — dijo, secándose las lágrimas —. Se siguen comportando como cuando teníamos 15. Las amo.

El cielo de  Ana  Ivette  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora