36 - 𝔰𝔢𝔠𝔯𝔢𝔱𝔦𝔱𝔬𝔰

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mateo's pov:

La calidez del cuerpo desnudo de Nicole era embriagadora, y me desconcentraba cuando hablábamos. Su piel suave, y el olor a peonias de su perfume, parecían envolverme, mareándome un poco.

— Soy... estéril desde que nací... creo — me explicó jugando con mis rulos mientras que yo estaba acostado en su vientre, mirando al techo de la carpa. Sus dedos se enredaron en mis rulos y comenzó a jugar con ellos suavemente, enviando escalofríos por mi espalda — recuerdo que me hicieron un montón de estudios en toda mi infancia pero nunca supieron el porqué... no sé es... raro — agregó, y pude sentir una ligera tensión en su cuerpo, como si estuviera recordando momentos dolorosos.

Mi mano se desplazó hacia su cintura y la acaricié lentamente, tratando de consolarla.

¿Estéril desde que naciste? — fruncí el ceño, pensando las probabilidades de que eso sucediera — ¿nunca te hicieron ecografías o algo así para ver si tenías algún problema en el útero o los ovarios? — pregunté, con curiosidad, pero tratando de no incomodarla. Extendí mi brazo izquierdo y rocé su mejilla con mi dedo pulgar, tratando de capturar su atención.

La escuché formular un "aja" suave, y la miré. Su mirada se desplazó hacia la mía, y vi una chispa de amargura en sus ojos.

— Mis ovarios y mi útero están bien... todo lo está — susurró subiendo y bajando los hombros, en un gesto de resignación — solo que por alguna razón que no han descubierto, no puedo tener hijos... pero igual ya lo acepté — se rió triste — tenía que hacerlo tarde o temprano.

— ¿Y tus papás... como tomaron todo eso? — indagué, sentándome para poder observarla mejor.

— Nada bien — tragó saliva, cerrando los ojos por unos pocos segundos — ellos... querían ser abuelos cuando creciera y que su hija fuese estéril... los obligó a someterme a miles de procedimientos invasivos hasta que a los 14 me harté y les dije que no quería seguir con esa mierda, que lo aceptarán como lo había hecho yo

Su mano se aferró a la mía, presionándola.

— Un año después se separaron... y de ahí no deje de sentirme culpable ni un solo día — suspiró con fuerza conteniendo el llanto que amenazaba con salir — porque si tan solo los hubiese dejado continuar...

Pero es tu cuerpo morocha... tenías que decidir sobre él — me incliné para secar una lágrima que bajaba por su mejilla — además, me parece malísimo que la que se sienta culpable seas vos cuando ellos antepusieron su deseo cruel de ser abuelos antes del bienestar de su hija.

— Por eso creo que no puedo llorar a mi mamá... a pesar de que era mi única compañía, me hizo tanto daño de chiquita y hasta la adolescencia, que... lo siento como un karma, porque podría verse como que ellos querían lo mejor para mí, pero era excesivo si los tratamientos ni siquiera funcionaban — se sorbió la nariz, mientras se pasaba la mano libre por dicha zona — ¿está mal?

Negué con la cabeza lentamente, recostándome a su lado.

Es entendible... pienso que cuando puedas perdonarla a ella y a tu papá por lo que te hicieron, vas a llorarla en paz.

— Solo quiero que la culpa se vaya, Mateo — se acurrucó en la curva de mi cuello y comenzó a llorar desconsoladamente. Su aliento cálido se sentía en mi piel, y pude sentir su dolor y su desesperación — no quiero perdonarlos... solo quiero dejar de pensar que soy una mala hija por haber decidido eso aquella vez, quiero perdonarme a mí misma.

Rodeé su cuerpo con mis brazos, transmitiéndole la seguridad y el consuelo que ella necesitaba. Su pecho bajaba y subía rápidamente a un ritmo irregular debido a los sollozos, que ella intentaba callar presionando su rostro contra mi. Mi mano se desplazó hacia su cabello y comencé a acariciarlo suavemente, tratando de calmarla.

Necesitas tiempo... e intentarlo, porque si te seguís culpando nunca vas a poder perdonarte — susurré, en voz baja y suave, tratando de penetrar en su dolor — y mi sugerencia es que también pienses en perdonarlos a ellos porque si no eso va a seguir siendo un peso más con el que vas a tener que cargar.

Ella se sentó, y yo seguí sus movimientos con atención, viéndola cubrir su figura desnuda con una sabana. Su mirada se desplazó hacia la mía, y vi una mezcla de tristeza y determinación en sus ojos.

— Está bien — exclamó con un leve temblor en el tono de su voz — puedo hacer eso.

Me arrodille frente a ella, y mi mano se desplazó hacia la suya, entrelazando nuestros dedos. La miré a los ojos, y vi una chispa de esperanza en ellos.

Lo podes hacer sin problemas, morocha — le dije, sonriendo suavemente — sos mas que capaz

Nicole imito mi posición, sin dejar de mirar nuestras manos. Con mi mano libre, acaricié su mentón haciéndola sonreír, y que posteriormente, apoyara su frente en la mía.

— Me agrada este Mateo... pareces más... humano, aunque no lo sos — titubeó cerrando los ojos — antes eras... bastante... insensible

Lo sigo siendo... pero con los demás — le confesé tragando saliva

— Conmigo sos un solcito ahora — abrió los ojos y rio — antes te faltaban un par de... jugadores

Me siguen faltando — me reí junto a ella

Soltó el agarre de nuestras manos, y las apoyó en los laterales de mi cuello, sus dedos acariciaban mi piel enviando escalofríos por todo mi ser. Se inclinó rápidamente, y unió nuestros labios en un beso cálido que me tomó por sorpresa. Sus movimientos eran lentos pero no demasiado, y me permitían disfrutar el momento muchísimo más.

Mi mano se deslizó por su espalda, acariciando la curva de su cintura y gozando de la suavidad de su piel. La atraje hacia mí, profundizando el beso, y sintiendo cómo su cuerpo se fundía con el mío.

— Me haces cosquillas — susurro riendo y alejándose un poco para luego bostezar

— ¿Queres volver para que puedas dormir cómoda en tu cama? — consulté viendo cómo negaba rápidamente

— Podemos... dormir acá un ratito — se acosto, cubriéndose con las frazadas — sé que vos no dormís pero igual podrías acostarte conmigo... cuando me despierte, volvemos

Imite su acción, y me acomodé a su lado, observando cómo apoyaba su cabeza en mi pecho, rodeaba mi abdomen con uno de sus brazos y cerraba los ojos lentamente.

— Y gracias... por escucharme hace un ratito — murmuró — nunca le había hablado a alguien sobre eso y fue liberador... posta que necesitaba sacarme ese peso de encima.

No respondí. Solo le besé el cuero cabelludo mientras acariciaba su espalda.

Descansa, morocha

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bueno Nicole y cuando le decís q te gusta???? 😡

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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