La Cosa Más Bella

Capítulo 14 - Novias

Marta estaba desesperada: Fina no respondía el móvil y no tenía idea de qué podía estar pasando con Isidro. Mientras conducía hasta la casa de la chef, tuvo una idea y llamó a Carmen; la empresaria sabía perfectamente que ella estaba al tanto de su relación. La mejor amiga de su amor respondió tras un par de tonos.

CARMEN: ¿Doña Marta?

MARTA: Buenas noches, Carmencita, disculpa que te moleste. Estoy tratando de ubicar a Fina y no me coge el móvil. ¿Tienes idea de dónde está?

CARMEN: En el hospital; Isidro se descompuso y Adela se lo llevó.

MARTA: ¿Sabes a cuál?

CARMEN: Al General Universitario. Yo estoy esperando que mi prima venga a quedarse con Sofía para ir.

MARTA: ¿Es grave?

CARMEN: No lo sé, me dijo que me llamaría en cuanto tuviera novedades y todavía no he tenido noticias.

MARTA: Voy para allá.

CARMEN: Avíseme si sabe algo, por favor.

MARTA: Lo haré, quédate tranquila. Cualquier novedad te aviso.

CARMEN: Gracias y, doña Marta, cuide mucho a mi amiga, es la mejor persona del mundo y está perdidamente enamorada de usted. No la lastime.

MARTA: Créeme cuando te digo que es mutuo, Carmen, y lo que más deseo en este mundo es hacerla feliz.

CARMEN: Lo sé, se les nota a las dos. Espero noticias...

El trayecto hasta el Hospital General Universitario no era largo y, sin embargo, a Marta le pareció eterno, precisaba con desesperación encontrar a Fina y enterarse de qué pasaba con Isidro. Saber que su chica podía estar pasándola tan mal le rompía el corazón, más aún entendiendo que parte de su dolor lo provocara ella con su actitud de no decir las cosas cuando debía. Por fin llegó, estacionó el coche y se dirigió hacia el área de información para tratar de averiguar dónde podían tener a su suegro. Mientras aguardaba que le respondieran, encontró a Adela con la vista y hacia ella se dirigió.

MARTA: ¡Adela! - la abrazó - ¿Qué pasó? ¿Cómo está su marido?

ADELA: Todavía lo están atendiendo y no nos dicen nada.

MARTA: ¿Qué sucedió?

ADELA: Estábamos en casa conversando y de repente se puso pálido y le costaba respirar. No quise esperar nada y me lo traje.

MARTA: ¿Llegó bien? Me refiero a si estaba consciente.

ADELA: Consciente si, bien no, para nada.

FINA: ¿Qué haces aquí? - venía con una botella de agua

MARTA: Begoña me dijo que algo había pasado con tu papá y vine a verte, amor.

FINA: ¿Cómo supiste dónde estábamos?

MARTA: Me lo dijo Carmen, como no cogías el móvil, la llamé.

FINA: Está bien - le entrega la botella a su mamá y le da una pastilla - Anda, tómate esto que no estamos para que tu tensión nos haga una mala jugada, mami.

ADELA: Gracias, bebé - toma la pastilla - ¿por qué nadie nos dice nada?

FINA: No lo sé, es desesperante.

MARTA: Puedo ir a preguntar.

FINA: No hace falta, ni siquiera deberías estar aquí, Marta, tienes que atender el restó.

MARTA: Nada es más importante que estar contigo, Serafina.

FINA: Si tú lo dices - resopla