Los primeros rayos del sol que consiguieron colarse por las pequeñas grietas entre las cortinas de la ventana de la habitación de Marta, hicieron mella en Fina. La chef, con suma calma, comenzó a abrir los ojos y al lograr recordar dónde estaba y con quién, temió dar un vistazo general: el temor se debía a la punzada de angustia que sintió aquella mañana en el hotel de Niza, cuando se dio cuenta de que su acompañante ya no estaba con ella y si bien le había dejado una nota que rezaba "Gracias por una noche inolvidable" con un beso plasmado en la hoja de papel, la tristeza la abrazó al comprender que no sabría cómo encontrarla nuevamente. "Me comentó que vivía en Toledo todavía", recordó sin moverse aún de la cama "pero tengo la posibilidad del empleo en Florencia... ¡Debí pedirle su número, qué tonta soy!", se recriminó y observó con adoración la marca del labial sobre la blanca hoja.
Para su tranquilidad, el roce de Marta le quitó los miedos de un solo sacudón...
MARTA: Buenos días - saludó con ternura mientras la miraba embobada
FINA: Hola - sonrió hasta que se dio cuenta de la situación - ¡Ay, no me mires, por favor, que debo de estar horrible!
MARTA: Estás preciosa. Eres preciosa. - besó suavemente la mejilla de su compañeraFINA: Y después la cursi soy yo, ¿no?
MARTA: Deja de estar peleándome y salúdame como corresponde
FINA: ¿Quién me lo pide, mi jefa o mi amante?
MARTA: Mmmmm... Buena pregunta - reconoce acariciándola dulcemente - Te lo pido yo que soy ambas cosas
FINA: Buena respuesta, doña Marta
MARTA: ¡No me digas así!
FINA: Así te llama Carmen - rió con ganas
MARTA: ¿Qué? ¿Qué te ha dicho de mí?
FINA: Uff, ¡si supieras! - se comen a besos - Carmen te adora, está muy feliz de haber encontrado trabajo contigoMARTA: Es mutuo, más allá de ser una trabajadora incansable, la admiro y respeto muchísimo, pero... - la mira con intensidad y deseo
FINA: ¿Pero?
MARTA: No quiero hablar de ella ahora
FINA: ¿Y de qué quieres hablar?
MARTA: No quiero hablar en absoluto...El desayuno nunca se sintió tan delicioso y Marta nunca había tenido tanto apetito como en esa mañana, ni como durante toda esa noche, en realidad. Entre risas y besos, obviamente, la chef preparó lo que pudo teniendo en cuenta que la heladera de su jefa no estaba muy bien abastecida, que pudiera decirse.
FINA: Mi papá siempre dice "en casa de herrero, cuchillo de palo" y en tu caso tiene razón
MARTA: ¿Por qué lo dices?
FINA: Tienes el refrigerador casi vacío
MARTA: Es cierto, aunque yo no soy cocinera, soy dueña de un restó que no es lo mismo
FINA: Bueno, ¡casi lo es!
MARTA: De todas maneras, supongo que a partir de ahora eso va a cambiar
FINA: ¿Tú crees?
MARTA: Tú dímelo
FINA: A ver, a ver, déjame ver si estoy entiendo a dónde se dirige, jefa... - rodeó la mesa y se sentó junto a Marta - ¿Usted sugiere que yo me haga cargo de abastecerla?
MARTA: Si te apetece hacerlo, sí, eso sugiero
FINA: Me agrada como piensa, señora
MARTA: Y a mí me agradas tú - le da un pico - ¿Qué me haces, Fina? Yo nunca me comporté así y contigo me sale natural, no puedo ni quiero evitarlo
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La Cosa Más Bella
FanfictionMarta es una mujer que nunca se animó a amar libremente, pero a la que sus recuerdos llevan constamente hacia la única noche de su vida en la cual se dejó llevar por una morena que en unas pocas horas le cambió la vida para siempre, aunque no la vol...