La Cosa Más Bella

Capítulo 50 - Asalto y secuestro, parte 2

El coche en el que habían huído los delincuentes con Marta y que fuera registrado por una de las cámaras que tenía el restó en el ingreso, fue encontrado en un cruce de tren, accidentado, no muy lejos del restaurante. El choque había sido tremendo y los tres asaltantes yacían dentro, sin vida. De la empresaria no había noticias aún. Fina le dijo a Francisco que su esposa tenía el móvil encima, mas no lograban rastrearlo, por lo que asumieron que antes del siniestro, los delincuentes se habían dado cuenta de la treta y se deshicieron de él.

Con cada hora que pasaba la desesperación era mayor. Se realizó una búsqueda en todos los hospitales, dispensarios y centros de salud sin hallar nada que les indicara dónde podía estar Marta, ni qué había pasado con ella. En las cercanías del restó, tratando de hacer algo para no volverse locos, la familia y amigos de la desaparecida buscaban pistas, lo que fuera que les dijera cómo encontrarla; llevaban horas en eso sin éxito. Jacinto, que sufría de una fractura en su brazo y fue dado de alta unas horas antes al igual que Mateo, se resistía a irse a hacer reposo, quería colaborar por lo que se sumó a los que iban en coche, recorriendo la ciudad. El pastelero, con apenas unos golpes leves y con la misma necesidad de su amigo por querer ayudar en algo, se unió a un nuevo recorrido por hospitales junto a Claudia y dos oficiales. Ricardo, fuera de peligro, debía quedarse internado algunos días más.

Andrés y Jesús, siempre pegados a Fina, decidieron hacer todo de la misma forma que en la noche anterior: armar grupos y que cada uno cubriera diferentes lugares. Ellos tres con Begoña se encontraban en las afueras de un viejo depósito que solía estar habitado por vagabundos. Preguntaron a cuanto ser humano se cruzaron, sin éxito.

JESÚS: No sé dónde más podemos buscar aquí, ¡maldita sea!

ANDRÉS: Llama a Luis, a ver por dónde andan

BEGOÑA: Muchachos... - se les acerca - Fina está muy mal, si no come algo se va a desmayar

JESÚS: Voy con ella

ANDRÉS: ¿Dónde carajos se llevaron a mi hermana? - su esposa lo abraza - Me muero si no la encontramos, Begoña, me muero...

BEGOÑA: Lo sé, mi vida, ten fe en que va a aparecer sana y salva

JESÚS: Fina, vamos a que comas algo - la mujer estaba apoyada en el auto

FINA: No tengo hambre

JESÚS: No te pregunté, ¿o sí?

FINA: No quiero pelear contigo

JESÚS: Ni yo, pero, ¿qué hacemos? ¿Esperamos que te desmayes y tengamos que llevarte al hospital para preocuparnos también por ti? - la chef lo mira - Anda, vamos al local, comes algo y seguimos con la búsqueda. No seas necia, niña

FINA: ¿Entiendes que si algo le sucede no lo voy a soportar?

JESÚS: Claro que lo entiendo, ¡si estoy igual! Es mi hermana

FINA: Es el amor de mi vida

JESÚS: Serafina Valero, métete al coche y vamos a que comas - los cuñados se miran desafiantes - No me hagas repetirlo porque si hace falta, te llevo en brazos. Anda...

BEGOÑA: Jesús tiene razón, debes comer

ANDRÉS: Si, Fina, enfermándote no ayudarás...

El grupo finalmente convence a la chef y emprenden regreso a "De La Reina Restó" donde el movimiento era tranquilo ya que no había más policías. Únicamente estaban la familia y los amigos, intentando encontrar lógica y tranquilidad en una situación que no parecía tener ninguna de las dos cosas. El local se había convertido en una especie de búnker donde todos iban a intentar ayudar en la búsqueda.