Capítulo 16 - Cumpleaños feliz, Marta

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Desde hacía varios minutos, poco antes que el reloj marcara la medianoche, las manos de Marta se aferraban a lo que pudieran encontrar: almohadas, cubrecama, sábanas, cualquier cosa le servía, al menos por algunos segundos, para intentar equilibrar lo que su novia le estaba haciendo sentir y la explosión que casi llegaba. Fina, entre las piernas de su mujer, se deleitaba con aquellas humedades alojadas bien al sur. Los gemidos de la empresaria, tapados un poco por el volumen de la música, se escuchaban perfectamente en la habitación del departamento y éstos provocaban y desbocaban a la cocinera todavía más de lo que ya estaba, llevándola a concentrarse con mayor ahínco en la tarea de llevar a su chica al clímax. Sus dedos, ni lerdos ni perezosos, recorrían el torso de la rubia, jugando con su vientre y sus senos, bajando y subiendo de un destino al otro sin perder el hilo de lo que la boca de la chef hacía tan, pero tan bien. Una vez alcanzado el orgasmo, Serafina besó todo hacia arriba, deteniéndose brevemente en el ombligo y los pechos de Marta para mordisquearlos con suavidad. Cuando los labios de ambas se encontraron, se fundieron en un hermoso y agitado beso.

FINA: Feliz cumpleaños, amor mío - desnudas como estaban, se recuestan de frente a la otra

MARTA: ¡El mejor regalo que podías darme, Serafina Valero! Y quiero más, no te creas que esto me conforma

FINA: Si ya sé que no, boba, ¡agradezco a la vida que me tocara una novia así de cachonda! ¡Me encanta!

MARTA: Debes saber que si me la paso cachonda, como dices, es por tu causa; ¡eres la mujer más hermosa y sensual que he conocido en la vida! ¿Qué digo la mujer? ¡El ser humano más "hot" de todo el universo!

FINA: Cuántos halagos, señora - vuelven a besarse y Marta comienza a tomar posición para ser ella ahora, quien se alimente de su chica - espera un segundo

MARTA: ¿No quieres? - la miró extrañada

FINA: ¿Por quién me tomas? ¡Por supuesto que quiero! Sólo que antes me gustaría darte otra cosa

MARTA: ¿Y qué será? - preguntó sin moverse de donde estaba y con una mirada por demás pícara

FINA: Si me dejas salir de la cama para buscarlo, te enterarás - Marta bufa - No seas así, caramba

MARTA: ¿Así cómo? - Fina busca algo en su bolso y regresa con su mujer

FINA: Así, perfecta - besito de nariz - Toma - le entrega un sobre - Guardé esto porque creía ciegamente que algún día nos volveríamos a ver, tenía toda la fe puesta en eso y hoy te la doy con todo este amor inmenso que siento por ti

MARTA: ¿Qué es?

FINA: Ábrelo y averígualo - Marta lo hace y la sonrisa que le provocó lo que contenía el sobre le ocupó todo el rostro

MARTA: ¿Esto es lo que creo que es?

FINA: Si crees que es la nota que me dejaste esa mañana en Niza, pues si

MARTA: ¿La guardaste todo este tiempo? - el papel con la marca de los labios de Marta y la frase "Gracias por una noche inolvidable", estaba perfectamente conservado y tenía un adhesivo protector para que no se arruinara - No me lo puedo creer

FINA: Esa mañana quise morirme por no haberte pedido tu nombre o tu número y me aferré a tu nota. La llevé conmigo siempre y ahora quiero que la guardes tú

MARTA: ¿Por qué yo?
FINA: Porque ya no necesito aferrarme a ella, te tengo a ti, tengo a doña Marta en mis brazos

MARTA: Fina... - se emociona - Esto es lo más hermoso que nadie hizo por mí jamás en la vida

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