Capítulo 62 - Casa nueva, vida nueva

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Con la venta del restaurante atada y bien atada y mucho más tiempo libre entre manos, Marta pensó que quizás el departamento no fuera el sitio más adecuado para vivir. Se le ocurrió que podrían irse a Santa Bárbara y a su esposa la idea le fascinó por lo que hablaron con la familia de la ex empresaria y ante el rotundo sí que obtuvieron, se mudaron cuando la chef llevaba ocho meses de embarazo. En el vientre, Benjamín era un niño por demás inquieto y le daba muchísimo jaleo a la mamá gestante quien, en ese momento, intentaba acomodarse en el sillón para ver una película: era sábado por la tarde y sus planes consistían en no moverse demasiado. Marta venía bajando las escaleras y reía bajito de la perorata de su mujer.

FINA: ¡Es que te pasas, Benjamín! No te puedes quedar quieto ni un minuto, ¡déjame ver la película, mocoso! - se acariciaba el prominente vientre sonriendo - Ya me imagino el jaleo cuando salgas de ahí, niñito, ¡serás un caprichudo! - sonríe más - Según mi papá, serías igualito a mí, ¡no me salva nadie!

MARTA: Uy...

FINA: ¿Uy, qué?

MARTA: Si así te tiene ahora, en un mes estarás vuelta loca

FINA: Ni tanto, eh, porque no andará de aquí para allá hasta que empiece a gatear

MARTA: Yo creo que se la pasará buscando estar en brazos de su mami Fina porque, ¿quién no querría? - se sienta junto a ella en el sillón

FINA: ¡No me des ánimos!

MARTA: Ni te quejes porque tú andarás embobada con él... - se dan un pico

FINA: Si no voy a tener salvación con este chiquillo, ya lo veo

MARTA: ¿Y cuántos quieres tener?

FINA: Primero que llegue este y después vemos... - Marta se acerca al vientre

MARTA: Benja, tenemos que hablar muy seriamente - La cocinera la miraba con suma curiosidad - Yo sé que vas a querer pasar todo el tiempo con mami Fina y vas a querer dormir con nosotras, y te va a tocar entender, hijito de mi alma, que si te echo del cuarto será porque ¡¡ya vas a tener quince años!! - la chef lanza una tremenda carcajada

FINA: ¡Estás loca! - seguía a plena risotada

MARTA: Lo estoy, no dudes ni un segundo que lo estoy. Por ustedes...

FINA: Te juro que lo veo todo encimoso, pero contigo... - se besan y Marta la acurruca a su lado

MARTA: Dime algo, mi Sol, ¿te gusta esta vida? Aquí, en esta casa...

FINA: Es mejor de lo que pude soñar, ¿por qué la pregunta?

MARTA: Pensaba que quizás tenías tus planes y cuando nos volvimos a ver cambiaron. No sé, tal vez ahora que se acerca el día del parto, puedas pensar en retomar tus viejos sueños

FINA: El sueño que tenemos en común es maravilloso, lo más importante de mi vida

MARTA: ¿Segura? No estaría mal que sintieras de ese modo

FINA: Tal vez más adelante quiera volver a trabajar, eso es casi seguro

MARTA: ¿Sigues pensando que la pastelería no es buena opción para ti?

FINA: Sé que va muy bien y te veo feliz con todo lo que se refiere a eso, cosa que me encanta y te voy a ayudar en lo que precises... Pero no...

MARTA: Entonces vas a aceptar la propuesta de Carmen y Claudia...

FINA: Si decido retomar el trabajo, sí, es lo más probable. ¿Te molestaría?

MARTA: Claro que no, quiero que seas feliz, Fina, nada me importa más

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