Capítulo 12 - Nueva vida, vida nueva

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Sofía Ariana Recas nació casi a las siete de la mañana de ese mismo domingo, pesando tres kilos y medio. Tenía el cabello del color de Carmen y era un belleza de pies a cabeza, o al menos eso decía la embobada madrina que no podía quitar sus ojos de encima de la bebé quien reposaba sobre el pecho de su mamá.

FINA: Es una muñequita, Carmen, lo más hermoso que he visto

CARMEN: ¿Verdad que sí? - le toma la mano - Gracias por acompañarme en la sala de partos, amiga, no podría haberlo hecho sin ti

FINA: Por supuesto que hubieras podido, eres una leona

CARMEN: Ni te imaginas la fuerza que me dio tenerte conmigo, Fina, no te das una idea de todo lo que se siente ahí, en esa situación

FINA: Carmen - le besa la frente - jamás en la vida tendrás que experimentar lo que es no tenerme en algo, ni tú ni ella. Son mi familia y lo sabes

CARMEN: Me vas a hacer llorar, boba - sonríe - Y no creo que mi hija sea lo más hermoso que viste en tu vida, la jefa te arranca suspiros también

FINA: ¿Sigues con eso? ¡Acabas de parir! - ríen en voz baja

CARMEN: Estoy agotada, pero no soy ciega, criatura

FINA: Se ve, se nota... ¿La puedo cargar?

CARMEN: ¿A quién? ¿A Sofi o a doña Marta? - ríe más

FINA: Pues, si estamos en esas, a Marta no la cargo, precisamente - le guiña un ojo - ¿Me das a la niña o no?

CARMEN: Claro, es tu ahijada - Fina la levanta despacito - Cuidado, sostén su cabecita

FINA: ¿Así?

CARMEN: Perfecto - sonríe - Vaya, qué milagro, solamente se necesitó una recién nacida para que tú fueras delicada con algo, Serafina

FINA: ¿Cierras el hocico, mujer?

CARMEN: No lo cierro nada. Cuéntame, ¿cómo te sientes con ella? - Fina suspira sonriendo - ¡Ay, la cara de enamorada que te cargas, amiga! ¡Estás hasta las trancas!
FINA: Totalmente, Carmen, no sé cómo explicarlo...
CARMEN: ¿Y desde cuándo andan que estás así de loquita por ella? Porque la única vez en la vida que te vi con esa sonrisita boba, fue cuando me contaste lo de la mujer en Niza.
FINA: Si te lo cuento, no lo creerías... - sonríe pícara

CARMEN: ¿Contarme qué? No entiendo, si ya sé que andas con la jefa...
FINA: Es que la jefa es la mujer de Niza, Carmen, ¡es Marta!
CARMEN: ¿Qué dices? - piensa unos momentos - ¿Marta es "Luna"? - Fina afirma - ¡Estás de broma, Serafina!
FINA: Ninguna broma. Te juro que el día que fui a la entrevista casi me muero.

CARMEN: ¡Claro! Cuando la señora Luz no te pudo recibir y... - se da cuenta de algo - ¡Doña Marta viajó a Niza hace un tiempo ya!
FINA: Catorce meses, más o menos...
CARMEN: Qué increíble, amiguita, esa mujer te había volado la cabeza y volviste a Toledo para encontrarla - le toma la mano - Y estabas triste porque no dabas con ella
FINA: Por eso te digo que casi me muero cuando la volví a ver

CARMEN: Nunca me imaginé a doña Marta teniendo aventurillas por ahí
FINA: Fue su única aventura
CARMEN: Que tú sepas
FINA: Ella me lo dijo y le creo

CARMEN: Yo también, es una gran persona, Fina, de las mejores que conozco. Al igual que tú. ¿Estás feliz?
FINA: Feliz se queda corto, Carmen. Marta es mucho más de lo que soñé cuando decidí venir a por mi "Luna". Porque no solamente cumple las fantasías que me hice en la cabeza de cómo sería volver a verla, sino que en lo cotidiano es mejor aún. Súper atenta, detallista y cuando está conmigo es como si el resto del mundo dejara de existir, ¿sabes? Somos ella y yo...
CARMEN: Invitar a tus papás fue un detallazo
FINA: ¿Verdad que sí? Es más buena...

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