Capítulo 48 - Una escapada romántica que sale mal

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Con la primera parte del tratamiento terminada y a la espera de poder iniciar la segunda, que era la implantación de los óvulos fecundados en el vientre de Fina, la pareja decidió tomarse dos días libres así que tras finalizar el turno nocturno de la chef y con el franco semanal por delante, partieron hacia Madrid. La capital española las recibió de madrugada con su caos habitual y esto no le sentó demasiado bien a Marta que estaba cansada y además había manejado todo el trayecto. Es cierto que no era largo, tomaba alrededor de una hora cubrir la distancia, pero su día fue por demás agotador y como Fina no manejaba de noche, le tocó quedar ella al volante. La discusión con la que llegaron al hotel, giraba en torno a ese detalle en particular.

FINA: No sé por qué te quejas, sabías de antemano que no conduzco por la noche

MARTA: Deberías rever ese detallecito porque estoy agotada y manejar me cansó más

FINA: Podríamos haber pedido un coche y ya, Marta

MARTA: Claro y depender del transporte público aquí o de taxis. Es mejor venir con vehículo propio y lo sabes

FINA: ¿Sabes qué es lo que sé? Que tienes ganas de pelear y yo no, así que para eso nos volvemos a casa y ya

MARTA: ¡Perfecto! ¿Manejas tú?

FINA: Todavía es de noche

MARTA: ¡Entonces nos quedamos porque no pienso volver al carro!

FINA: ¡Genial! ¡Qué te aproveche!

MARTA: ¡Lo mismo digo! - se sientan en partes opuestas de la mesa que tenía la habitación

FINA: ¿Y qué? ¿Nos vamos a quedar aquí sentadas?

MARTA: Puedes irte al cuarto, lo conoces de sobra, siempre paramos en este lugar cuando viajamos a Madrid, así que no te será desconocido el camino

FINA: No, si ni cuando estabas con las hormonas andabas así

MARTA: ¿"Así"? ¿Cómo es "así"?

FINA: Pues, así, peleando por cualquier cosa

MARTA: La que pelea eres tú, Serafina

FINA: No me digas Serafina que no eres mis padres, ni Carmen ni estás cachonda

MARTA: ¿Y a ti quién te dijo que no lo estoy? - se miran

FINA: Estás demasiado peleona para estarlo, digo yo

MARTA: Que esté cabreada no quita que tenga ganas

FINA: ¿Tienes ganas?

MARTA: Siempre tengo ganas de ti y lo sabes

FINA: Nunca me lo has dicho estando cabreadas las dos y no soy adivina

MARTA: ¡Ya te estás enterando!

FINA: ¡Está bien!

MARTA: ¿Qué está bien?

FINA: Qué tengas ganas, pues

MARTA: ¿Y qué se hace en estos casos?

FINA: ¿En qué casos?

MARTA: Cuando estás cabreada con tu pareja, pero igual quieres llevártela a la cama

FINA: En esos casos se tiene sexo estando enojadas y listo

MARTA: ¿Eso se hace?

FINA: Si

MARTA: ¿En serio?

FINA: Si

MARTA: ¿Y tú quieres? ¡No me digas "sí" así nomás que me pongo peor, eh!

FINA: Yo también siempre tengo ganas

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