Estrellas

71 26 0
                                    


— Si mañana no me encuentras, no me busques, que mi amor me guiará de regreso a ti. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





— Las estrellas no tardarán en alinearse. ¿Tienes todo listo? — preguntó Merlín desde la penumbra de la habitación, su voz resonando como un susurro ancestral.

— Sí... — murmuró ella, acariciando el símbolo del cuervo tatuado en su muñeca izquierda, oculta bajo el brazalete. Un escalofrío recorrió su espalda. — Tengo miedo...

Merlín la observó de reojo, su mirada penetrante. Por un instante, la compasión tiñó sus facciones, pero rápidamente se disipó. Con un gesto, materializó una caja de madera, revelando una prenda antigua. — ¿Sabes? No creo poder opinar al respecto, pero creo que King te consiente demasiado. 

Atenea la observó fijamente, notando en sus manos sostener aquella caja tan familiar. Era la misma que su novio guardaba celosamente bajo la cama.

— ¿No es eso de King? — preguntó acercándose con curiosidad.

— Anoche vino a mi laboratorio y me pidió un pequeño favor — respondió ella, tendiéndole la caja. — Quería asegurarse de que esta prenda fuera perfecta para una ocasión especial, así que le añadí algunos encantamientos. Ahora es más que un simple vestido, es una pieza única, resistente y llena de magia.

La amazona abrió la caja con cuidado y sus ojos se iluminaron al ver el delicado vestido blanco, adornado con hilos dorados que brillaban suavemente. El diseño le recordaba a los trajes tradicionales de su isla natal, pero con un toque más moderno y sofisticado.

— Es hermoso... — susurró, acariciando la suave tela.

— King dedicó muchas horas a crearlo, yo solo le puse el toque final. El verdadero agradecimiento es para él — comentó Merlín, guardando sus herramientas.

— Aun así, te agradezco mucho, Merlín. Voy a probármelo enseguida — dijo Atenea, desapareciendo tras una de las puertas del laboratorio, ansiosa por lucir el regalo de su amado.

No pasó mucho cuando ella salió bastante contenta con la prenda que adornaba su cuerpo. La tela, suave y ceñida, realzaba sus curvas. — ¡Me queda perfecto! — exclamó, girando para admirarse en el espejo.

 — ¡Me queda perfecto! — exclamó, girando para admirarse en el espejo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ATENEA [Nanatsu no Taizai] [King]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora